CAÍTULO 5 Damon Salvatore

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Estaba cerca de un bosque necesitaba meditar lo acontecido en las últimas horas ahora por fin todo había terminado, Katherine la mujer a quien ame, por la que vi morir a mis padres, por la que me distancie de mi hermano, por la que di mi alma por fin estaba muerta y esta vez me asegure de ver que su cuerpo ardiera en llamas por mis propios ojos y aún así no me sentí en paz.

Yo mismo me encargue de incinerar su cuerpo después de que intentará matar no solo a Elena sino también a Stefan, todo este tiempo nos estuvo controlando ella había planeado desde el principio hacernos ir a Mistick Falls y la muy estúpida todavía quería que me uniera a ella. Su poder de compulsión que me tenía atado a los remordimientos ahora ya no estaba y eso me hacía pensar en todo el daño que había causado.

Elena ahora era una de nosotros, estaba feliz por ella y por mi hermano se lo merecían después de todo los obstáculos que tuvieron que superar incluyéndome, ahora se establecerían en los bosques de Londres Elena necesitaba pasar su primer año como neófita me habían pedido que me fuera con ellos pero yo aún no estaba listo para estar rodeado de personas sentía en mi interior que algo o alguien llegaría a mi vida y yo tenía que esperar.

Necesitaba cazar pero ahora mi nueva dieta era la de un vegetariano era repugnante lo sabía pero me había jurado que jamás dañaría de nuevo a un inocente. Mi visión era completamente roja, un inconveniente de mi poder cuando estaba furioso el solo pensar que era la marioneta de una sádica controladora me hacía querer destruir cualquier cosa. Yo que una vez lo tuve todo hace poco más de 500 años hijo de un aristócrata de Inglaterra, que una vez tuve familia que me amaba, un hermano que me admiraba, amigos que querían estar en mi compañía, un hogar, una familia ahora estaba completamente solo o eso era lo que sentía.

Ansiaba conocer lo que tenían mi hermano y Elena ese vinculo que los unía que no era por una compulsión (el poder de Katherine era así como controlaba a los hermanos) sino que era un sentimiento verdadero puro por mi mismo pero yo me conocía demasiado bien como para saber que eso no me estaba permitido no a un ser que causo tanto sufrimiento y tantas muertes.

Era demasiado orgulloso como para reconocer mis errores frente a otros pero eso no me salvaba de sentirme como un completo miserable.

Es en estos momentos de completa soledad cuando te das cuenta de todo lo que tenías y todo lo que jamás pensaste que fuese importante, ahora me esperaba una eterna soledad, solo pedía otra oportunidad para cambiar las cosas y tal vez arreglarlas.

Acababa de cazar un par de pumas cuando lo escuche el latido tartamudean te de un corazón humano no sabía que fue lo que me impulso pero seguí el sonido cuando la vi era una frágil humana que se debatía al borde de la muerte, a su lado había una vampiriza de cabellos rojos como las llamas del fuego su belleza era extraordinaria pero para alguien que ha vivido y visto tanto como yo eso no me importaba, sino más bien me encontraba al pendiente de la muchacha, algo en mi pecho me dolió no se como explicarlo era algo extraño lo que sentía al verla en esas condiciones tenía la cara desfigurada por los golpes, su cuerpo maltrecho y lleno de sangre, mi visión se torno roja al percatarme de lo que pretendía hacer la pelirroja en esos momentos, estaba a punto de romperle el cuando...

Me abalance sobre ella ni siquiera me vio venir o siquiera sentir gracias a uno de mis tantos dones, la sangre de la muchacha era dulce pero mi poder me permitía controlarme. Descuartice a la pelirroja y le prendí llamas a su cuerpo apenas y le permití que se defendiera, yo era un ser peligroso y despiadado según mis enemigos y mi propio hermano pero aún así me encontraba enternecido por esta humana no sabía que hacer cuando ella me vio a los ojos y luego los serró y su corazón empezó a pararse. Sentí una agonía terrible en mi pecho como si una descarga eléctrica oprimiera mi corazón, esos hermosos ojos chocolate habían echo algo en mi que nada había podido hacer antes, y lo decidí no podía dejar que muriera, la tome en mis brazos con mucho cuidado y luego me mordí mi propia muñeca para darle de beber directamente de mi vena no me quedarían marcar en mi piel pero aunque lo hicieran realmente no me importaba solo estaba concentrado en tratar de penetrar su mente para hacerla que bebiera, pero mis intentos eran inútiles mi poder mental no funcionaba, era frustrante en todos estos años ni una solo persona vampiro, lobo u humano había podido resistirse.

Mi herida estaba cerrándose ella no bebía tenía que hacer algo, así que volví a morder mi muñeca y esta vez deje que la ponzoña entrara en mi boca para luego colocar mis labios junto a los suyos y hacer que bebiera sin que se ahogara. En el instante en que toque sus labios con mucha delicadeza una descarga eléctrica atravesó mi torrente, jamás había experimentado algo así fue sumamente desconcertante...

Bella Swan la nueva Isabella SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora