Martin y Altair

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Martin arrugó su frente al ver la escena ante él. Bárbara estaba sobre su escritorio, con Altaír entre sus piernas moviéndose fuera y dentro de su cuerpo lentamente. Ni siquiera estaban desnudos. Volteo sus ojos y se giró para salir de allí, no tenía ni el más mínimo deseo de verlos juntos, y menos de estar cerca de él. Que tuviera que soportarlo cerca, a veces, no significaba que tuviera que soportar estar a su alrededor justo en esos momentos.

Cuando abrió la puerta se congeló al oír a Bárbara llamarlo.

—Martin—insistió ella y giró su rostro para verla sentada, aun con Altaír entre sus piernas, observándolo.

Él miró a Altaír un segundo antes de arrugar su frente.

—No deseaba interrumpirlos—aseguró.

Altaír volteo sus ojos y observo a Bárbara.

—Te lo dije—murmuró. Bárbara lo miró a él y luego a Altaír un segundo.

Estiro su mano hacia él.

No pudo evitar que su cuerpo se moviera hacia ella al ver que lo quería cerca. Cuando tocó su mano ella lo atrajo más cerca, tanto, que casi choca con el hombre a su lado. Altaír no se movió ni un poco lejos de ella.

Apretó la mandíbula.

Ella acaricio su mentón con la punta de sus dedos.

—Te deseo—susurró ella, trago al oír el tono de su voz, bajo y lujurioso—ahora—le aseguró.

Martin observó a Altaír enseguida, esperando que los dejara solos. No se movió. Como ella tocó su mentón y lo hizo mirarla giró su rostro.

—A él también.

—Nos quieres a ambos—murmuró, Bárbara asintió.

Cerró los ojos y negó luego de un segundo.

—Si quieres esta con otro iré por él, pero yo…

Ella acaricio su labio inferior con su pulgar y se calló. A pesar de su deseo principal, el que sentía por ella era más fuerte que cualquier cosa, que su molesta con Altaír y su deseo de estar lejos de él. Es que simplemente no podía tenerlo cerca, no luego de que por su culpa ella fuera secuestrada y golpeada, aun podía recordar el aspecto de su rostro y cuerpo lleno de moretones, y si ella no estuviera ahora delante de él, bien, sabía que hubiera sido capaz de matar al médico de pura rabia.

Bárbara era la única mujer con la que había estado en toda su vida y no deseaba para nada estar con otra, por eso mismo, al verla herida, se había sentido tan mal por ella que aun llevaba esa sensación dentro de sí, y esa sensación tenía un culpable. Altaír.

Altaír se alejó de ella y arreglo su pantalón mientras lo observaba. Bárbara lo atrajo más cerca.

Serie Nuevo Edén: Ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora