Fabián suspiró y se sentó en su cama. Pasó las manos por su cabello antes de dejarse caer de espaldas. Estaba cansado, mucho. Ya llevaba una semana con turnos dobles en el pueblo y las cosas no mejoraban. Sabía que tenían que acabar con esto pronto o si no, todo el mundo comenzaría a volverse loco.
Aun no podía creer que atacaran el pueblo, que se atreviera a acercarse tanto, cada día ellos estaban más desesperados y cada día, los desesperaban más a ellos.
Cuando escuchó la puerta abrirse no abrió los ojos, sabía muy bien quien era. La había sentido acercarse desde que se había levantado de su cama.
Jenna se subió sobre la cama y luego se recostó sobre él, la abrazó enseguida para mantenerla allí.
—¿Tienes que trabajar mañana? —preguntó ella suavemente, preocupada.
—En la noche, así que tengo la mañana y tarde libre—murmuró.
Ella besó su mentón suavemente.
—Entonces descansa, has estado trabajando mucho estos últimos días —asintió y cuando la sintió moverse no la libero.
Solo abrió los ojos para verla.
—Quédate conmigo esta noche —pidió —te necesito ahora.
Jenna se movió sobre él para sentarse a horcajadas sobre su vientre.
—¿No estás muy cansado?
Negó suavemente.
—Nunca para esto —tiró de la bata de su mujer suavemente —y necesito pensar en otra cosa.
—Sentir —murmuró ella acercándose a su rostro.
Él asintió enseguida.
Cuando Jenna lo besó Fabián pensó que jamás en su vida había imaginado que estaría en esta situación, que dejaría a alguien tener ese control sobre él. Jenna no solo tenía su corazón sino su cuerpo, cuando ella quería y cuando él lo necesitaba. Su mente se liberaba de cualquier preocupación gracias a ella, era libre para sentir.
—No te muevas —ordenó Jenna un segundo después y se estremeció.
La vio abrir su chaqueta y pantalón. En menos de un minuto lo tuvo desnudo sobre la cama, listo para ella.
Jenna se levantó y caminó hacia su ropero, la vio tomar una pequeña bolsa y regresar con él. Tragó cuando ella sacó dos esposas de cuero y una bufanda de ceda.
Cuando llegó a su lado tomó su mano y la levanto. Fabián solo observó su rostro concentrado mientras lo esposaba a la cabecera de su cama, repitió el procedimiento con el otro y al acabar se alejó. Ella tomó la bufanda y llegó cerca de su rostro. Antes de cubrir sus ojos le sonrió.
Fabián se movió suavemente sobre la cama y prestó atención a su alrededor. Jenna estaba cerca, observándolo. Sintió la cama moverse a su lado y luego a ella acomodándose sobre sus piernas. Sus cálidas manos recorrieron su vientre y bajaron hasta sus caderas. Sintió la punta de sus dedos recorrer el contorno de sus muslos y subir entre ellos, acechándolo.
Tomó aire cuando ella paso cerca de su sexo sin tocarlo, la volvió a sentir más cerca esta vez y luego de nuevo. Sacudió sus manos luchando contra la necesidad de moverse, quería levantar sus caderas para que lo tocara de una vez. La paciencia en ese momento no le estaba ayudando en nada.
Y cuando ella por fin lo tocó, jadeo y espero nervioso.
Jenna siempre lo torturaba de esta forma, le hacía perder la paciencia, su tranquilidad, y esta noche no deseaba hacer gala de ella. Ansiaba tenerla enseguida, de una vez por todas.
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Serie Nuevo Edén: Ellos.
General FictionSerie Nuevo Edén Relatos cortos Ellos Relatos cortos de la serie Nuevo Edén contados desde el punto de vista de los personajes masculinos. Capítulos 1.- Altaír 2.- Alec 3.- Garrett 4.- Isaac 5.- Martin Y Altaír 6.- Sebastián 7.- Fabian 8.- Sebastiá...