Penas de amor

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<<Abril 9, 6:30 am>>

Una bella joven de ojos color esmeralda se encontraba  rondando por la mansión del conde acompañada de un hombre con una larga cabellera plateada

-Disculpeme por interrumpir sus dulces sueños señorita, no tenía que molestarse, yo puedo buscar sin problemas al conde
-No, nada de eso - responde ella con una enorme sonrisa - como prometida de Ciel es mi deber cuidar de sus invitados, aunque debo admitir que jamás había recibido a alguien tan temprano. Me pregunto ¿Donde se habrá metido? No esta en su habitación, ya buscamos en la biblioteca, el estudio, jardín, comedor, salón...
-¿Por que no buscamos en las instalaciones que usan los sirvientes? - pregunta maliciosamente Undertaker
-Mmm... no creo que este ahí, pero no nos queda más opción, si gusta puede esperar a Ciel en el salón, yo lo buscaré
- De ninguna manera, no podría dejarla sola
- De... acuerdo... vayamos

..................

-Joven amo, mi hermoso joven amo, despierte

Ciel se había quedado dormido en la habitación de su mayordomo el mismo que unas horas antes se ofreció a llevarlo a su habitación, pero el pequeño se negó rotundamente, ordenándole que lo dejase dormir con él y que temprano iría a su habitación para no levantar sospechas. Puras mentiras. Sebastian llevaba media hora tratando de levantar a su amo pero éste sólo respondía dando vueltas en la cama y cubriéndose la cabeza con las sábanas
- ¿Joven amo? Debe levantarse, los demás no tardarán mucho en despertar ¿y que dirán si lo encuentran dormido en la habitación del mayordomo? En especial la señorita Elizabeth
-Sebastian... eres muy molesto - le contesto Ciel mientras se tallaba los ojos
-Disculpeme Joven amo pero debió haber despertado hace treinta minutos, es mejor que lo lleve a su habitación, ahí podrá seguir durmiendo

El mayordomo lo tomó entre sus brazos apenas un par de segundos, de pronto lo soltó y le pidió que se escondiese
-¿Esconderme?
-Dos personas se dirigen hacia acá, una es su prometida y la otra... no logro averiguar quién es
- Esta bien, me esconderé en el armario
-¡No! El armario no por favor
-¿Que? ¿Por que?
- Ejem por que...
-¿Qué que tienes ahí dentro Sebastian?
-yo,quizá tenga gatos
-¿¡Gatos!? Pero si sabes que soy alérgico a ellos
- Es por eso que le pido que no se esconda ahí
-¿Entonces donde? Sólo podría esconderme bajo la cama
Sebastian observaba a Ciel implorando que se escondiese debajo de la cama hasta que éste aceptó
-Sea quién sea haz que se largue rápido
-Joven amo, guarde silencio
Sebastian terminó de cambiarse caminó hacia la puerta y la abrió encontrándose a Elizabeth con el brazo levantado y ligeramente flexionado listo para tocar la puerta, a su lado se hallaba Undertaker quien evidentemente estaba aguantando la risa
-¿Señorita Elizabeth?
- Uhm... buenos días Sebastian ¿has visto a Ciel? lo hemos buscado por todos lados, el señor vino por que necesita arreglar asuntos de trabajo con él. Paula le abrió la puerta, espero que no les moleste
-Por supuesto que no señorita. El joven amo se ha levantado muy temprano estos días, el doctor le recomendó dar una pequeña caminata por las mañanas en el jardín, es una nueva terapia, dice que  que el aire matutino hará bien a los pulmones del joven amo.
-Pero hace rato que lo busque ahí
- Debieron haberse cruzado en el camino, el joven amo acaba de salir al jardín ¿Por que no se dirigen al comedor en lo que yo busco a mi amo y llevo el desayuno?
- Esta bien Sebastian

Elizabeth ya se había alejado unos cuantos metros de la puerta e iba camino al comedor, momento que el hombre de cabello plateado aprovechó para reírse frente a Sebastian
-¿Qué le resulta tan gracioso, Señor? - preguntó el azabache con un toque de molestia
-Mi querido amigo, me pregunto ¿Porqué se ha escondido el Conde? ¿Es parte de la terapia?

-No sé de qué me habla, le repito que el joven amo ha salido al jardín
-¿Ah si? y ¿Por qué puedo ver su mano fuera de las sábanas?
Sebastian giró el rostro hacia donde señalaba el shinigami y con evidente molestia torció los ojos y con la seriedad que lo caracteriza respondió
- El joven amo vino a buscarme por que se sentía mal, y no quería que su prometida lo viera aquí,  es por eso que...
-No tienes por que Mentirme demonio... - decía a carcajadas aquel hombre - yo no diré nada - el shinigami comenzó a caminar hacia el comedor esperando sólo hasta que estaba al final del pasillo para terminar su frase con éstas palabras - aún no demonio...

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