- Así que es por eso que quieres acabar con el demonio
- En efecto Irina, hice una promesa y debo cumplirla, si me deshago de Sebastian podré hacer que Ciel viva mas años y muy feliz, como su padre siempre quiso
- No cabe duda que la estupidez de los humanos es pegajosa
- Callate André
- Dejalo, tiene razón
- Tengo una duda ¿por que accediste ante todo lo que llegó a pedirte? No tenías ninguna necesidad de hacerlo.
- Es el amor Irina, el amor a un humano.....................
<< Abril 28, 6: 32 am >>
Sebastian Michaelis* toc toc toc
La puerta de la habitación se abre despacio y una cabellera castaña aparece frente a mi
- Buenos días señor Sebastian ¿Necesita algo?
- Si, necesito hablar con Lady Elizabeth
- Ella aun se encuentra dormida, estaba por despertarla
- No se preocupe, yo puedo hacerlo
Paula duda unos segundos, pero una leve sonrisa de mi parte basta para convencerla
- Vendré en diez minutos - dice y se retira, mi sonrisa se desvanece en cuanto ella no puede verme, no puedo creer que haré esto, pero es por Ciel, además ya encontraré la manera de fastidiarle la vida a la mocosa.
Empujo la puerta y me dirijo a la cama de Elizabeth, al llegar pateo el colchón con la fuerza necesaria solo para sacudirlo y despertarla
- ¡Despierta!
La niña abre los ojos un tanto sobresaltada, busca que fue lo que la despertado y al verme muestra una cara de verdadero enojo
- ¿Donde está Paula?
- Me la comí - respondo divertido
- No eres gracioso idiota ¿Que quieres? ¡Ya se! Vienes a decirme que no pudiste convencer a Ciel de que rompiera su compromiso conmigo
- De hecho no. Estoy aquí por que mi misericordia es gigante. Yo te mentí.
Su rostro permanece tranquilo, con una mueca casi de aburrimiento
- Cuando te pedí que repitieras lo que yo decía - continúo - era para algo mas que solo tomar tu alma, te convertí en mi sirviente
- Bueno, no me sorprende, eres un demonio y solo por ese titulo es obvio que eres un tramposo también, entonces ¿soy como tu sirvienta ahora?
- Justo a eso vengo, voy a dejarte libre
Sus ojos se abren como platos, pero la sorpresa le dura apenas unos segundos pues en casi en seguida comienza a reír
- Eres el primer demonio que conozco que es un reverendo idiota
- ¿El... Primero? ¿A caso has conocido a otros demonios?
Pregunto mirándola a los ojos, su risa se detiene y ahora luce nerviosa
- N... No, ¡Claro que no! Es solo una forma de hablar
- ¿Estas segura?
- ¡Claro que si! ¿Quien te ha dado permiso de cuestionarme?
- Querida, te recuerdo que mi amo es Ciel, no tú
Elizabeth me mira con fastidio, cosa que realmente no me importa. Lo que si me importa es su comentario " Eres el primer demonio..." El primero...
Puede que como haya dicho es solo una manera de hablar. Pero yo no me trago ese cuento, lo dijo con otra intención.
- ¿Quieres algo mas? - interrumpe mis pensamientos
- No. Bueno, mejor sí. Contesta me una cosa ¿Que sientes al saber que tu prometido se acuesta conmigo? ¿No has pensado que tal vez el suicidio es la mejor opción?
- ¡Eres un imbécil! - su mano de mueve rápido, pero yo lo soy aun más y me muevo de lugar antes de que logre golpearme
- tienes que ser mas rápida querida, ¿te conté lo que Ciel me dijo hace unos días? Él me contó que jamas se casaría contigo, te tachó de simple y ridícula - La niña arroja las sabanas y se levanta de un brinco, toma lo primero que encuentra sobre la mesa de noche y se pone en posición para lanzarlo
- ¡No es cierto! Ciel no diría eso...
Él me ama... - dice en un intento de tapar mi voz con la suya
- No te mientas Lizzie, Ciel me ama a mí y a ti solo te necesita para mantener una buena reputación
- ¡Callate! - grita y arroja el retrato que tomo de la mesilla, me basta solo dar un paso a la izquierda para esquivarlo
- Soy yo quien podrá sentir sus besos y caricias mas sinceras
- ¡He dicho que te calles! - grita nuevamente, toma otro objeto y lo vuelve a lanzar
- ¿Por que? Yo solo estoy repitiendo lo que ya sabemos los dos, que Ciel es y será siempre mio, en mente, alma y cuerpo
- ¿Ah si? ¿Y que diría sí se entera de que te acostabas con la zorra de Irin...
- ¡Irina! - digo en tono de triunfo y ella me mira perpleja - ¿sabes una cosa linda? Tienes poco cerebro y muchos impulsos, deberías controlar eso, gracias por la información.
- Yo... No quise decir eso
- Oh vamos, ya no importa, no es como que hayas arruinado todo tu plan, espera. Si lo hiciste.
Río levemente y la niña baja la mirada al suelo, sus ojos comienzan a gotear y suelta pequeños sollozos
- Oh linda, no es bueno que empieces tu día tan mal, ven acercate - me acerco a paso lento, la tomo de la mano y me siento en la cama para que mi rostro quede a la altura del suyo - no llores, te ves patética ¿por que no mejor dejas todo esto y buscas a algún muchachillo por ahí?
- Te odio... - susurra
- Mmmm... Me gustaría decir lo mismo, pero la verdad eres tan poca cosa que no me provocas ni eso
- ¿Por que...? ¿Por que Ciel? Pudiste haber hecho un contrato con cualquier otra persona
- Por que tiene un alma exquisita, en cambio la tuya es deplorable, demasiado común. ¿Sabes? Deberías estarme agradecida, sin mi él estaría muerto
- Lo prefiero así, prefiero que este muerto a verlo contigo
- Ciel debería estar feliz de que lo ames, si así lo quieres muerto no me imagino que habría sido de él si lo odiaras
Me saco uno de los guantes, de la mano en donde esta el sello del contrato y limpio sus lágrimas, ella mira el movimiento de mi mano y bruscamente la empuja
- Te haré caer demonio, me rogarás por tu asquerosa vida
- Me temo querida, que eso no va a suceder, ya no te queda tiempo para actuar
- ¿de que hablas?
- Lo lamento no puedo decir más - aprisiono sus mejillas con la mano que no tiene guante y la obligo a mirarme
-ego tibi libertatem (te cedo/dejo tu libertad)
Sus ojos resplandecen en carmesí, su boca se abre ligeramente y sus músculos de tensan, es esta la única satisfacción que me queda, el dolor que le provoca su libertad. Cuando un demonio libera a alguien de su juramento el alma de esta persona es desgarrada, provocando un dolor impresionante en todo el cuerpo, es especial el pecho.
Al terminar de romper el juramento la suelto y ella cae estrepitosamente sobre la alfombra, respira muy rápido pero le queda el aliento suficiente para decir
- Vas... a... arrepentirte...
- Como digas, te veo en el desayuno.
Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina por el té de Ciel, este trayecto me dará tiempo para pensar.
Resulta bastante lógico el hecho de que Irina y André trabajen junto con Elizabeth, es alguien bastante ingenua y manipulable, también explicaría como la niña logró vernos sin que yo pudiera notarlo. Tengo un único problema ¿que es eso que les permite que yo no sienta su presencia cerca?
Me tienen en una tremenda desventaja.
Por fin llego a la habitación de Ciel, toco tres veces como de costumbre y después entro
- Bocchan, buenos días despierte, hoy hay un clima esplendido
Abro las cortinas y me giro solo para ver que Ciel se ha cubierto hasta la cabeza
- No, cinco minutos más
- Eso le pasa por dormirse tarde
- Es tu culpa
- claro que no, fue usted quien se empeñó en que yo siguiera leyendo hasta media noche, francamente no entiendo como aguantó tanto
- Sabes que me encanta ese libro
- Lo sé, pero es hora de pagar las consecuencias, así que levantese
- No
- ¿ah no? Tendré que obligarlo entonces
- suerte con eso
- Vamos Ciel, se va a hacer tarde
Tomo las sabanas dispuesto a quitarlas pero Ciel me toma desprevenido y me sujeta por los brazos, sin pensarlo me atrae hacia la cama y me tira en ella
- A pesar de no haber dormido has amanecido con mucha fuerza - digo con un sonrisa, él se acuesta sobre mi a la altura necesaria para verme a los ojos
- Y tú has amanecido muy y torpe distraído para ser un demonio
- Es culpa tuya, tu belleza me cautiva tanto que no puedo hacer otra cosa que admirarte - digo acariciandole una mejilla
Ciel se sonroja y decide mirar a otro lado
- ¿que pasa? ¿No me crees?
- si te creo, después de todo eso explicaría por que Undertaker pudo vernos - dice mas rojo aún.
Pienso en su ultima oración y es como si algo en mi cabeza hubiese hecho 'clic'. La primera vez que Undertaker vino pude sentir a Elizabeth pero no a él. Lo mismo sucedió cuando vino a entregarle su listón a Ciel. Estoy casi seguro que eso es por su condición de shinigami, si es así entonces esos dos idiotas deben estar trabajando con un shinigami, alguno capaz de lograr "proyectar" esa habilidad al exterior, y el único que conozco con un poder semejante es el mismo Undertaker
- ¿Sebastian? ¿Pasa algo?
- ¿eh? No, nada es solo que no puedo dejar de mirarte
Él sonríe y sin quitar sus ojos de los mios susurra - te amo
- y yo te amo aun más - contesto en seguida
- ¿Puedo pedirte algo?
- lo que tu quieras, sabes que tus deseos son ordenes para mí, literalmente
- Cuenta me como es que me vas a convertir en demonio
- Oh, pues es un ritual un poco largo, primero debo romper nuestro primer contrato, despues debo dibujar un pentagrama y recitar unas palabras, por supuesto necesitaré de tu sangre y la mía
- ¿dolera?
- ¿francamente? Sí. Pero prometo hacerlo lo menos doloroso posible
- Confío en ti
- haces bien
- ¿Y cuando lo haremos?
- Cuando usted desee joven amo
- hagamoslo esta noche
Sus palabras me toman por sorpresa, luce tan convencido que por un momento me asusta que haya enloquecido
- Creo que debería dejarte dormir otro rato
Ciel frunce el ceño y contesta bruscamente
- No me trates como si estuviese loco
- No entiendes la magnitud de lo que dices
- Claro que la entiendo, el que no entiende nada aquí eres tú
- ¿y que es lo que debería entender exactamente?
- Que te amo, y que muero por compartir contigo toda la eternidad
¿Que es esto? Mi respiración se aceleró y algo en mi pecho se removió con solo escucharlo decir eso
- Esta bien, esta noche será........................
11:55 pmFaltaban aun cinco minutos para la media noche, tiempo justo para que Sebastian Michaelis, el mayordomo perfecto, terminara los preparativos para el ritual que efectuaría esa noche en compañía de su amo.
Ambos habían decidido que todo ocurriría en el salón de la mansión, se habían desecho de todos, dieron a los sirvientes unas vacaciones para que Ciel pudiera acostumbrarse a su nueva condición. Su prometida era lo mas sencillo de todo, puesto que ella y su dama de compañía se irían a la mañana siguiente y esa noche ambas habían recibido algún tipo de droga en el té de la cena que no las dejaría despertar en toda la noche.
Todo resultaría perfecto, por fin podrían estar juntos por siempre.
El conde se encontraba sentado en el suelo frente a su mayordomo, observaba detenidamente sus movimientos y la seriedad que caracterizaba su rostro, el demonio al notar la mirada del joven alzó la mirada para verlo
- ¿pasa algo?
- N... No, bueno, estoy un poco nervioso
- Ciel, no estas obligado a hacerlo ahora podemos esperar a que seas mas grande
- Quiero hacerlo
- Bien. Pero si quieres parar aun estas a tiempo
Al escuchar las palabras del mayordomo Ciel se levantó de su lugar y camino hacia Sebastian para sentarse de nuevo pero esta vez en sus piernas
- Escucha - comenzó a hablar mientras miraba esos ojos rojos que tanto le gustaban - sé que piensas que tal ves no estoy listo, pero confía en que sí, jamas me sentí mas preparado para algo con ahora. Eres el responsable de que la alegría volviera a mi vida, llegaste justo cuando creí que mi vida terminaría, llegaste a salvarme.
Es bastante irónico si lo piensas, mi salvador no fue un ángel, sino el mismísimo demonio.
- Ciel...
- Dejame terminar, mi mundo fue destruido, mis sueños arrebatados y todo aquello en lo que un día creí fue hecho trizas. En cinco minutos pasé de ser el hijo del conde a simple mercancía para pedófilos. - las lágrimas recorrían las mejillas del conde cayendo desde su rostro hasta la ropa que llevaba puesta, aun así el ojiazul no hizo ningún esfuerzo por limpiarlas, había decidido dejar salir el dolor que llevaba dentro - Mis padres muertos, mi casa destruida, mi inocencia arrancada, mi vida arruinada. Fuiste tú quien me dio la esperanza de cambiar todo eso. Ambos sabemos que lo único que me mantenía vivo era el odio y el rencor hacia aquellas personas que me arrebataron todo. Pero al final diste otro cambio a mi vida, mostrándome lo que es el amor y no sabes cuan agradecido te estoy por ello. Te amo Sebastian y te amaré por siempre.
El mayordomo que sin haberse dado cuenta ya tenía una sonrisa en el rostro se limitó a responder con un beso, gesto que a muchos les parecería simple, pero para ellos era lo mas maravilloso del mundo. Era el sello que pactaba el fin de una vida y el inicio de otra completamente distinta.............................
Se acerca el final.
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YUANFEN
FanfictionSebastian Michaelis, el mayordomo perfecto ha roto las reglas del inframundo al enamorarse de su contratista y ahora ambos deben pagar por su traición, sin embargo ninguno de los dos se resignará tan fácil.