Un retroceso en el tiempo: <<8 de abril, 13:30 hrs>>
Sebastian
Este niño caprichoso casi logra acabar con mí paciencia, ha estado muy distraído y me gustaría saber porqué, tristemente apenas y me ha dirigido la palabra hoy. Jamás, desde que sellamos el contrato, había estado tan callado. El entremés está listo, una tomo la charola con el trozo de pastel sobre ella, después de una última inspección considero que es perfecta.
Podría jurar que si no fuera el pastel de chocolate que tanto le gusta se molestaría por el "retraso" de la comida
-Hhum... Sebastian - alguien me llama desde la puerta de la cocina y es justamente a quién menos quiero escuchar, ese maldito cocinero quemó la comida del joven amo
- Dime, Bard.
- Yo... quería, no, quiero disculparme, es sólo que la carne estaba tardando mucho y pensé que así quedaría más rápido
-¿Cuantas veces le he dicho querido cocinero que ya no se encuentra en un campo de batalla...? - le respondo con una falsa sonrisa mientras contengo mis ganas de estrangularlo - los lanza llamas no son necesarios dentro de la mansión, no queremos que alguien salga lastimado, en especial usted ¿cierto? - su expresión cambia completamente y ahora en vez de apenado parece saldrá que corriendo en cualquier momento
- Eh... si... no volverá a pasar Sebastian... este... debo irme... creo que Meyrin me busca
- Yo no la escuché llamarlo - no se escapará tan fácil de mí-Eh... si... sucede que había quedado de verla justo a esta hora en el jardín - me responde mientras retrocede lentamente
- No veo que cosa tendrían que hacer el cocinero y la sirvienta juntos, y menos en el jardín - digo con el semblante más serio que puedo y Bard se pone más nervioso aún
- si... bueno... quedamos de ayudarle a Finnie... ya sabe como es de despistado el chico jaja... ja... - debo admitir que me encanta fastidiar a este hombre
- hum... entonces esta bien, mientras sólo sea eso, no queremos amoríos entre los sirvientes ¿no es asi? - su semblante sufre varias y severas transformaciones, pasa de un color rojo cereza a un purpura brillante. Acepto que de vez en cuando me gustaría saber qué es lo que sienten los humanos
- ¡P-po-por supuesto que no! - me responde con evidente enojo- la señorita Meyrin y yo somos profesionales, con permiso
-Propio - me despido con una sonrisa burlona, tengo que encontrar mi propia forma de divertirme.¡Maldicion! ya se me hizo más tarde. Camino hacía el jardín, el calor de estos días le ha permitido salir un poco más. Me encuentro a medio camino cuando suena el teléfono, ¿quien diablos es? tomo el teléfono y pronuncio lo que ya me sé de memoria
-Mansión Phamtomhive, buenas tardes, habla el mayordomo de la familia: Sebastian Michaelis ¿en que puedo servir...?
-¡Sebastian! - Tsk... De entre todos los seres humanos con los que he tratado puedo jurar que Lady Elizabeth tiene la voz más chillona e irritante - que gusto escucharla señorita Elizabeth - si, como no- ¿desea hablar con mi joven amo?
- Por supuesto, te lo agradezco mucho Sebastian-
acomodo el teléfono a un lado y continuó mi camino, seguramente esta muy molesto, no quiero ni imaginarme cómo se pondrá cuando le diga que la señorita Elizabeth esta al telefono
- Bocchan, lamento la tardanza, pero tuve un par de inconvenientes, aquí está su postre y debo informarle que la señorita Elizabeth esta al teléfono y quiere hablar con usted...
- ¡¿Qué?! ¡¿Y por que no me dijiste antes?!- Se levanta casi corriendo de la mesa ¿Y esa desesperación? vaya...
nunca se habia mostrado asi de ansioso por contestar una llamada de su prometida. Preparo la mesa para mi joven amo, justo cuando termino bocchan ya viene de regreso
-Sebastian
-¿Si, joven amo?
- Recoge todo eso y llama a los demás sirvientes, comeremos fuera, Lizzy y la tía Frances nos han invitado, y paresurate que tengo demasiada hambre - ¿Que acaba de decir? Hice la comida dos veces por culpa de Bard y la segunda ya casi esta lista, mocoso caprichoso
-¿Qué esperas? ¿No escuchaste que rápido? Por favor Sebastian, se te quema la comida, traes mi postre muy tarde, dejas a mi prima esperando al teléfono y ahora hasta sordo pareces, estás convirtiéndote en un incompetente - A veces pienso(la mayoria del tiempo sinceramente) que si no fuera por el contrato, ya me habria comido al alma de este niño...
-Disculpe amo, vuelvo en seguida
-Apresurate........
Después de una hora de viaje llegamos al centro de Londres, lady Frances ha reservado un lugar para nosotros en un restaurante bastante lujoso, digno de ella. Sé que está invitación tiene un objetivo, espero que no sea lo que estoy pensando, mi joven amo no puede formalizar aún su compromiso con esa fastidiosa niña, él es mío... espera... ¿mio? bueno... tecnicamente lo es, su alma me pertenece...
-¡Sebastian! ¿que te sucede? ¿Planeas quedarte parado ahí toda la tarde?
- Disculpe joven amo, he estado un poco distraído hoy
- Ya lo noté - me contesta con apatía - procura concentrarte, de nada me sirve un mayordomo despistado, si sigues así acabarás siendo sólo un estorbo
- Vaya... - Podrá ser mi amo, pero esta llegando a mi límite - creo que alguien está un poco molesto
- Es tu culpa, ahora limitate a hacer tu trabajo en vez de estar haciendo chistes estúpidos - estoy a punto de contestarle cuando nuestra conversación es interrumpida por esa niña de nuevo, he tenido suficiente de ella por hoy
-¡Ciel! ¡Vamos, entren ya! todos estamos esperándolos ya en la mesa
-Claro que si Lizzie -ya vamos - ¿Lizzy? ¡pero si siempre la llama Elizabeth!¿A caso le sonrió? - ¡Sebastian! ¡¿Quieres decirme de una buena vez que rayos estas pensando?! Ah ya sé, debe ser que tienes hambre ¿cierto? No puedo prometerte que tu próxima comida sea pronto, así que ¿por que no buscas algún alma por ahí? Ya me has contado que tienes permitido hacer más de un contrato a la vez - ahora si me ha tomado por sorpresa, pero no le dejaré ganar tan fácil, avanzo la distancia que nos separa, me inclino hasta quedar a su altura y le susurró al oído - Por que yo solo quiero a mi bocchan - el rubor en sus mejillas sólo hace destacar más su belleza, puede que como demonio no tenga sentimientos y sólo piense en los humanos como comida, pero hasta yo admito que Ciel Phamtomhive es muy bello, incluso más que una mujer en la flor de su juventud, mis pensamientos son interrumpidos una vez más cuando el comienza a hablar - como gustes, pero el que se morirá de hambre serás tú - se da la vuelta y comienza a caminar hacia la puerta de restaurante, no sé que sucede, pero algo en mi estomago se movió al tenerlo frente a frente, quizás tenga razón y el hambre no me está dejando razonar bien, pero como ya se lo dije a él, yo solo quiero su alma.Al terminar la comida Lady Frances decidió retirarse, y dio permiso a su joven hija de quedarse en la mansión unos días, sospecho que eso estaba más que planeado. La niña se ha pasado la tarde entera pidiendole cosas a mi joven amo, tal parece que no estará satisfecha nunca, además de tener que soportar la a ella tengo que soportar a este trio que no ha hecho más que pelear por tonterías, y para colmo que mi bocchan se ha portado demasiado amable con su prometida, no entiendo aun por qué me molesta; pero no soporto verlos juntos.
-Señor Sebastian - es Finnie quien me llama - ¿No quiere ir a caminar con nosotros? El joven amo dijo que iría a sentarse con la señorita Elizabeth por allá - termina su oración señalando una banca rodeada de algunos arbustos, al mirar hacia allá me encuentro con la "señorita" Elizabeth tomando la mano de mi amo, esto definitivamente no es normal - Te agradezco la invitación Finnie pero aprovecharé para hacer algunas compras
-Esta bien señor Sebastian pero si cambia de opinión nosotros estaremos en la dulcería-Finnie se aleja corriendo.
Sé que esto no es correcto pero debo averiguar de qué estará hablando mi joven amo, no puedo dejar que se distraiga de su objetivo principal y el amor es un distractor fuerte, aunque pensándolo bien, no tengo mucho de que preocuparme, Bocchan jamás se fijaría en una niña tan patética como ella, para seducir a ese joven hace falta elegancia y porte verdaderos, inteligencia y... ¿En qué demonios estoy pensando?Me encuentro detrás de ellos entre las ramas de un árbol, debo ser muy cuidadoso de no hacer ningún ruido, desde aquí los veo y escucho perfectamente.
-Ciel hay algo que he querido preguntarte durante todo el día
-Dime Lizzie
-No sabes lo feliz que me hace que me llames así, además todo el día has sonreído sin ningún esfuerzo, tal parece que por fin he conseguido alegrarte un poco
- No digas eso, yo siempre estoy feliz cuando estas conmigo, es sólo que tengo responsabilidades con las cuales cumplir Lizzy, ¿Era eso lo que querías decirme?
- Eh, no. Ciel, tú... ¿Me amas? si, estamos comprometidos pero fue un compromiso que nos han impuesto desde niños, por eso quiero saber si en realidad me amas
Veo a Ciel ruborizado, su rostro está más rojo que cuando le susurré al oído, carajo...¿Por qué me siento asi? ¿Qué es esto?
-Lizzie, ¿como puedes dudar de eso?, ya te dije que si no soy muy expresivo pero me siento feliz cuando estoy contigo. Por supuesto que te amo - le responde con una sonrisa mientras la abraza, debe estar mintiendo, lo que está sucediendo ni siquiera yo me lo esperaba, Ciel levanta el rostro de Elizabeth hasta que sus miradas se cruzan, están a centímetros uno del otro.
No, Ciel alejate de ella.
Elizabeth se acerca más a Ciel, hasta que la distancia entre sus labios es inexistente.
Actúo sin pensar, lo único que quiero es alejar a esa niña, salto desde ramas del árbol quedando frente a ellos y sin pensarlo empujo a la niña lejos de mi Ciel
-¡Sebastian! ¡¿Que diablos crees que haces?! - Es su voz lo que me hace reaccionar.
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YUANFEN
FanficSebastian Michaelis, el mayordomo perfecto ha roto las reglas del inframundo al enamorarse de su contratista y ahora ambos deben pagar por su traición, sin embargo ninguno de los dos se resignará tan fácil.