|¿Quieres ser mi novia?|
Catrina.
No podía dejar de mirarlo. Al no tener la bata médica me di cuenta de que ejercitaba frecuentemente.
Lucía muy apuesto con la ropa que llevaba puesta. Y sus ojos... sus ojos hermosos ojos me hipnotizaban. ¿Cómo no perderse en ellos?
—Tú.
Me congelé.
¿Yo? ¡Tenía que estar bromeando!
—¿Yo? —me apunté dudosa y él asintió.
—Tú y tus ojitos preciosos me tienen encantado. —sonrió—. Desde que te vi en esa camilla no te puedo sacarte mi mente, literalmente volteaste mi mundo. —dijo agarrando mis manos con ternura.
¡No podía creerlo!
¿Jamas han sentido que algo es demasiado bueno para ser real? Así me sentía yo. Tenía todo mi cuerpo revuelto y podía jurar que me riñón explotaría en cualquier momento.
Martín se inclinó y en ese momento, justo ahí en esa cafetería conocí lo que era verdaderamente el amor. Me besó con mucha dulzura e intensidad.
Nos separamos por falta de aire y seguía observándome con una gran sonrisa. Me encantaba su forma de mirarme.
Me hacía sentir plena y única en el mundo.
—¿Y esto que quiere decir? —pregunté con una sonrisa. La ilusión revivió en mi.
—Esto quiere decir que me muero por conocerte y estoy seguro que en poco tiempo moriré por ti.
—¿Quiere decir que somos novios? —pregunté nerviosa. Martín rió divertido.
—¿Tú quieres ser mi novia, ángel? —preguntó y yo lo miré extrañada.
¿Me volví loca o de verdad me llamó ángel?
Yo de ángel no tenía ni la cara.
—Me encantaría, doctor. —sonreí y él hizo lo mismo. Su sonrisa acababa con mi cordura.
Y no. No íbamos muy rápido ni tampoco éramos unos apresurados. En el amor nada está determinado y nunca se es un exagerado.
Todo era preciso y especial con él. Un desconocido que se volvió mi mayor tormento.
Tenía al hombre más guapo del mundo frente a mi y estaba decidido a estar conmigo. ¿Qué había hecho yo para merecer tal cosa?
Me dio un beso en la nariz y pude sentir mis mejillas arder. Debía estar más roja que un tomate.
—Eres hermosa. —me dijo y yo reí.
—Gracias. —suspiré con dulzura.
Él quito un mechón de cabello que sobresalía por mi frente y luego acarició mi mejilla. Su tacto me quemaba la piel.
¿Eso era estar enamorado? ¿O para enamorarte tenias que llevar mucho tiempo con esa persona?
Pues no. En definitiva yo me había enamorado en un solo día. Desde el primer momento supe que él era el indicado.
O por lo menos así lo veía mi corazón.
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Enamorada de un doctor.
Roman d'amour¿Alguna vez se han enamorado a primera vista? ¡Yo sí! Me enamoré de un hombre mayor que curó todas mis heridas y encendió mis sueños. Me enseñó que no importaba la edad, la profesión o los obstáculos... En realidad nada importaba cuando estabas: «En...