Enamorada de un doctor.

Capítulo 19.

|La mejor noche de mi vida|

Catrina.

Lo que había acabado de suceder era lo más hermoso que me había pasado en toda la vida.

Sentir las grandes manos de Martín deslizarse por todo mi cuerpo y tratarme como si fuera de porcelana era una sensación única.

Fue tan delicado y dulce.

Estábamos unidos por completos.

Fui suya y me dijo que me amaba. ¡Qué me amaba! Seguía pareciendo un sueño del que esperaba nunca despertar.

Cerré los ojos cansada para dejarme caer en las manos de morfeo. Sin duda algún acababa de tener la mejor noche de mi vida.

Me levanté un poco adolorida. Restregué mis ojos y me intenté parar pero no pude; pues el brazo de Martín que estaba sobre mi cintura me tenía acorralada. Se veía guapísimo durmiendo.

¿Cómo alguien podía ser tan perfecto?

Martín comenzó a reírse. ¿Qué? ¿Acaso estaba volviéndome loca? ¿O él era de esas personas que se reían dormidas?

—¿Como alguien puede ser tan perfecto? —¿Repitió lo que dije? ¡Oh por dios! ¿Lo había dicho en voz alta?

—Yo no hablo así. –lo reñí golpeando su brazo.

Él reía sin parar con mucha alegría, me satisfacía pensar que a mi lado en verdad era feliz. Se montó encima mío y empezó a darme besos en toda la cara.

—¿Te sientes bien? —preguntó preocupado.

—Me duele un poco pero estoy bien. —dije restándole importancia—. Fue la mejor noche de mi vida. —sonreí bastante alegre.

—Tu eres lo mejor de mi vida. —agarró mi mano y la besó.

Después de eso se metió bajo la cobija y alzó mi camisa. Comenzó a morderme el estomago y yo no podía parar de retorcerme y reír como loca.

—¡Martín! —grité y él rió.

—¿Sabias que eres más linda despeinada? —sus ojos azules me hacían derretir—. Aunque siempre lo estás. —añadió risueño.

—Martín. —lo llamé seria y su risa se desvaneció al instante. Seguramente mi cara era preocupante.

—¿Qué pasó? —frunció el ceño.

—Yo también te amo. —dije con miedo y él abrió los ojos con asombro entrando en una clase de shock.