7.

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Todavía tenía la mano en la mejilla donde aquella chica lo había abofeteado. Sabía que esa noche había hecho cosas que no estaban bien, pero no se arrepentía de nada. Es más, volvería a besarla aunque a cambio recibiera vente guantazos más.
El problema era que ella era una extraña a la que no volvería a ver, y que tenía otras cosas en las que concentrarse.



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Lo se , lo se, ha sido corto y ha dejado con muchas dudas; pero...., pero me escuso diciendo que apartir de ahora las cosas tomaran forma y se revelaran muchas cuestiones.
Sigan leyendo y marquen estrellita o comenten( vamos lo de siempre) aunque si hacen las dos últimas cosas juntas mejor que mejor.
Los quiere su escritora
Lynn

Alas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora