*Narra Paolo*
Bajé a comer y mi padre me estaba esperando en el comedor. Afortunadamente fui puntual. Pero los reclamos vinieron nuevamente.
-¡Ahora mismo me vas a decir, ¿por que eres amigo de ese pulgoso?!.- Mi padre me tomó del cuello y me arrinconó contra la pared.
-Yo... Quería ir al circo, solo eso, y el me regaló un boleto.- Mi padre jamas debería saber que yo me estoy enamorando de Estéfano.
-¡Que sea la ultima vez que haces esto, o juro que te mato a ti y a el!.- Aunque era mi padre, yo lo creía capaz de lo que sea. No me sorprendería que cumpliera su promesa.
Me apresure a comer y subí corriendo hacia mi habitación. No quería ver ni a mi padre, ni a mi madre.
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*Narra Estéfano*
No iba a rendirme, le iba a demostrar a ese señor que ni el, ni nadie me podían alejar de Paolo.
Sin pensar nada, salí del circo, volví a tomar mi bicicleta y escapé hacia la casa de Paolo. Yo tenia que verlo a como diera lugar.
Nuevamente me vi frente a la casa de Paolo, pero esta vez no entraría por delante, lo haría por detrás. A pesar de que había una gran barda, no importó, después de todo, yo soy trapecista, y una barda no puede ser obstáculo para mi.
Me trepe a un árbol que estaba junto de la pared y me subí a lo mas alto que pude. Una de las ramas daba a un cuarto, era el mismo cuarto del que se asomó Paolo.
Me balanceé hacia la rama y salte, cayendo en el balcón de la ventana. Al mirar al interior, mi pequeño estaba acostado en su cama. Intenté abrir la ventana, pero estaba cerrada, así que di unos pequeños golpes en el cristal. En cuanto Paolo me vio, saltó de su cama y corrió a abrir.
-¡Estéfano, estas aquí, no puedo creerlo!.- Gritó de emoción mi pequeño, pero no podíamos arriesgarnos a que nos oyeran.
-Tranquilo Paolo, si tu padre descubre que estoy aquí, seguro nos mata a los dos.
-Tienes razón, perdón, es solo que... Me emocioné demasiado al verte.- Confesó.
-No te preocupes cariño, ven aquí.- Lo atraje a mi y le di un pequeño beso en sus finos labios.
-Me gustas tanto Estéfano.- Paolo se aferró a mi, y comenzó a llorar.
-¿Por que lloras amor?.- Le pregunté.
-Es que... Es que... Tengo miedo de que nos separen.- Apenas y percibí lo que decía, pues sus sollozos no le permitían hablar con claridad.
-Tranquilo corazón, nadie te va a separar de mi lado, te lo aseguro.- La verdad es que ni yo sabia el tiempo que podíamos pasar juntos, pues yo muy dentro de mi sabia que el circo, no iba a estar toda la vida en esta ciudad, ni siquiera yo se como voy a enfrentar ese día, o que voy a decirle a Paolo cuando tenga que irme.
-Promete que nunca vas a dejarme.- Verlo llorar así me partía el corazón de una manera terrible, tanto que en esos momentos también yo quería llorar junto a el, pero tenia que ser fuerte por el, por mi pequeño.
-Te lo prometo pequeño, nunca me separaré de ti.- Besé tiernamente su frente.
-Sabes, eres lo único bueno que tengo en la vida. Mi madre no me quiere, y a mi padre solo le interesa que sea un buen candidato a heredero de sus constructoras, a nadie mas le importo, y desde que tu llegaste, cambiaste mi vida, por eso me estoy enamorando de ti, por eso quiero entregarme a ti en cuerpo y alma.- Escuchar sus palabras, me puso en que pensar, necesitaba decirle la verdad, pero no quería hacerlo ahora, estoy seguro que quedará destrozado cuando le cuente que en dos semanas el circo se irá de la ciudad, y no se cuando vaya a volver.
-Tu también eres lo mas importante para mi, tu también cambiaste mi vida.- Ambos nos abrazamos fuertemente, hasta que alguien llamó la puerta.
-Escondete.- Yo obedecí rápidamente, me metí bajo la cama y ahí aguarde. Vi como Paolo abría la puerta.
-Joven Paolo, escuché voces aquí, ¿esta todo bien?.- Al parecer era una de las sirvientas.
-Si Javiera, perdón, es que estaba ensayando un poema que tendré que declamar mañana.
-Lamento haberlo interrumpido joven, si necesita algo, no dudé en llamarme.
-Gracias Javiera.- Paolo cerró la puerta y se tiró bajo la cama junto a mi.
-Casi nos descubren.- Rió discretamente.
-Lo se, ahora mismo estaríamos muertos.- Ambos reíamos por lo bajo, tal vez el morir nos causaba gracia en esos momentos.
-Hazme el amor.- Paolo fue demasiado directo al pedirme tal cosa, no es que no quisiera, es solo que, tenia miedo de tomar su virginidad para mi, aunque la idea de que otro lo hiciera, hacia que la sangre se me helará.
-¿Estas seguro de que quieres eso?, bueno, es que me gustaría que estuvieras realmente listo para dar este paso, y se sepas que no te vas a arrepentir.- El me miró un momento y después se lanzó sobre mi, aunque después se levantó, solo para ponerle seguro a la puerta. En cuanto termino de cerrar bien la puerta, se quitó el chaleco y la camisa, mientras en mi entrepierna, una enorme erección aparecía.
-Hazme tuyo por favor.- Me dijo con la respiración agitada.
-Me voy a encargar de que tu primera vez sea inolvidable.- Dije mientras yo también comenzaba a desnudarme.
Una hermosa tarde de pasión nos esperaba por delante.
Continuará...
Capitulo #8 y el siguiente huele a lemon 7u7
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E L C I R C O (Yaoi)
Teen FictionEn pleno 1935, Paolo es un joven de 16 años, futuro heredero de una gran constructora, pero su padre lo presiona tanto, que no lo deja salir, no tener amigos, por lo cual, Paolo prácticamente desconoce el mundo exterior. Hasta que un día, el circo l...