Capitulo 20

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*Narra Estéfano*

—Tranquilo Estéfano, seguro Paolo no vino porque... Tal vez su padre no se lo permitió. — Big Daddy trataba de darme ánimos, pero nada me consolaba, realmente estaba triste porque en verdad quería verlo.

—Como sea, quiero irme de aquí lo mas pronto posible.— No tenia humor de nada, solo quería largarme de este lugar tan deprimente.

—Bueno, veré si las monjas te autorizan salir.— Big Daddy salió y me quede solo en este estúpido cuarto.

Ni entiendo porque Paolo no vino.
Quiero creer que tuvo algo mas importante que yo.

—¡Sueltenme!.— Big Daddy gritaba desde el pasillo. No entendía lo que estaba ocurriendo.

Pronto dos policías entraron y me sujetaron de los brazos.

—¡¿Que esta pasando?!, ¿Por que hacen esto?.— Pregunté.

—Ustedes junto al circo fueron acusados de sodomía y faltas a la moral. Por lo tanto quedan arrestados sin derecho a juicio, siendo procesados en el acto y condenados a cumplir una pena de 6 meses, a igual, su circo sera clausurado.

—¡Llevenme a mi, yo soy el dueño, y el esta enfermo!.— Suplicaba Daddy.

—No se preocupe, sabemos que el joven es amigo del heredero Brunetti, por lo tanto tendrá el privilegio de tener rehabilitación y un tratamiento en prisión.— Una de las monjas entró con una silla de ruedas y los policías me acomodaron en ella.

—Ahora si pueden llevárselos.— Ordenó la madre.

Y así, los policías nos sacaron del hospital, nos subieron a la patrulla, en la cual ya habían sido arrestados previamente los otros chicos del circo.

—¡Fue horrible!.— Chelsea se lanzó a los brazos de Big Daddy.—¡Los policías están destruyendo el circo, lo están saqueando!.

—Tranquila hija.— Big Daddy trataba de ser fuerte por nosotros, pero se que en el fondo el esta igual que nosotros.

—Todo fue mi culpa.— Dije mientras trataba de contener las lágrimas.

—¡No vuelvas a decir eso Estéfano!, nosotros somos una familia y estamos juntos en esto, hemos afrontado bastantes problemas, y este lo vamos a superar como la familia que somos.— Todos asintieron y yo no podía mas que sentirme fatal. No podía dejar de pensar que todo era mi culpa.

El trayecto fue corto, pues pronto estuvimos fuera de la cárcel.
Los policías me bajaron junto a mi silla de ruedas, y después bajaron a todos los demás.

Rápidamente nos ingresaron a una celda, la cual se sentía tan fría y húmeda. Pero eso no era lo peor, lo peor era ese olor tan nauseabundo que había en el aire. Era como si algo hubiese muerto ahí desde hace tiempo.

—Recuerden, somos una familia.— Chelsea no paraba de llorar y Big Daddy la abrazó.

Después hubo silencio, un gran silencio prolongado, en el cual, todos parecían estar tratando de asumir lo que nos estaba pasando.

—¡Tienen visitas!.— Gritó el guardia.

Me llené de emoción, pues seguro era Paolo que venía a verme. Tal vez la noticia corrió por todo el pueblo y mi pequeño se enteró que yo estaba aquí.

—Así los quería ver.— Era el mal nacido de Pablo.— No pensé que esparcir un rumor fuese tan fácil, de haberlo sabido lo hubiera hecho desde antes.— Soltó una carcajada y después golpeó los barrotes de la celda.

E L   C I R C O (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora