Capitulo 21

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*Narra Paolo*

Llegamos a la comisaría, y le pedí al guardia que nos dejara entrar.
Estaba desesperado por ver a Estéfano, sobre todo en el estado que esta.

—Si quieres puedo esperar afuera.— Sugirió Socorro.

—No, no te preocupes, quiero que entres conmigo.

—Esta bien, vamos.

El olor en ese lugar era repugnante, no me imagino como estará pasando esta terrible situación mi Estéfano.

El se encontraba en la última celda, pero no estaba solo, con el estaba; Big Daddy, Chelsea y los otros chicos del circo.

—¡Estéfano!.— Grité al verlo.
El trató de levantarse de la silla pero no pudo.

—Paolo...

—Tranquilo, no hagas esfuerzo.

—Me alegra que hayas venido muchacho.— Dijo Big Daddy.

—No podía quedarme de brazos cruzados, sabiendo que Estéfano estaba en un lugar como este.

—Gracias mi amor, pensé que te habías olvidado de mi. Me sentí tan triste cuando ayer no fuiste a visitarme.— Se me partía el corazón de ver a Estéfano así.

—No, eso no lo digas ni en broma, yo no quiero ni puedo olvidarme de ti.

Estéfano miró a Socorro e hizo la pregunta que tanto temía.

—¿Quien es ella?.

Yo quería decirle que era una amiga, pero no quería mentirle a Estéfano, no a el.

—Ella es... Mi... Prometida.— Estéfano parecía decepcionado hasta que Socorro habló.

—Pero no tienes de que preocuparte... Yo no amo a Paolo.
El y yo nos vamos a casar solo porque nuestros padres así lo quisieron, pero no por amor.— Explicó Socorro.

—Vaya... No se que decir, esto me ha... Tomado por sorpresa.

—Estéfano, solo no quiero que estés mal, aunque yo me case con ella, sabes bien que solo seré tuyo.— Me aferre a los barrotes de su celda.— Solo te amo a ti.

—Tranquilo Paolo, no estoy molesto, es solo que me siento impotente al no poder hacer nada, si tan solo estas malditas piernas me sirvieran, yo huiría lejos de aquí contigo. Pero sabes una cosa, voy a esforzarme con la rehabilitación, tengo que estar bien antes de tu boda, y entonces si, nadie va a separarnos, por yo voy a impedir que te cases.

Yo comencé a llorar, no quería hacerme falsas esperanzas, pero quería creer que todo iba a salir bien.

—Tienes que hacerlo por el, porque yo tampoco me quiero casar, y yo quiero ver a Paolo feliz.— Habló Socorro.

—Muchas gracias por ayudarnos, gracias.— Le dijo Estéfano a Socorro.

—¿Saben cuanto tiempo van a estar aquí?.— Le pregunté a Big Daddy.

—Parece que serán seis meses, aunque supongo que si nos comportamos, saldremos antes.— Al menos era un alivio saber que no estaría mucho tiempo aquí.

—Tengo que irme, pero vendré mañana, solo espero que mi padre no sospeche.

—Ten cuidado mi amor.— Estéfano se acercó y a través de los barrotes, logré besarlo.

—Te amo, cuidate mucho mi amor.

—Tu igual, te amo bastante.

Así nos despedimos. Yo y Socorro salimos a toda prisa de ahí, pues mi padre no tardaba en llegar a casa.

E L   C I R C O (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora