Capítulo 25

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★Narra Catalina

Mi esposo no reaccionaba, así que con todo el dolor de mi alma, tuve que dejarlo.
Y se que parece que no tengo corazón, pero enserio me duele irme sin el, sabiendo que morirá.

Salí corriendo de ahí, sin mirar atrás. Esta es una de las cosas mas difíciles en mi vida.

Afuera me encontré con Javiera y Socorro, y lo único que pude hacer, fue abrazarlas.
Frente a mi, la casa ardía como un gran trozo de leña, y yo no pude hacer nada.

Narra Paolo

Escaparme con Estéfano, fue la mejor idea que pude haber tenido.
No me sentía feliz desde hacía mucho.

—¿A donde iremos?.— Le pregunté a Estéfano.

—No lo se amor, pero te prometo que sea donde sea, seremos felices, yo voy a trabajar por ti, para darte una buena vida, porque, quiero que seas mi esposo. — Confesó Estéfano, y yo prácticamente me quedé mudo.

—Pero... Esta prohibido, y podríamos ir a prisión. — Respondí.

—¿Y quien dice que necesitamos de la ley de los hombres para ser esposos?.

—Tienes razón mi amor, estar junto a ti me hace tan feliz.

—¿Por que no salimos a ver las estrellas?, a esta hora comienzan a salir.— Sugirió Estéfano. Yo lo seguí, y salimos de la cabaña.

—Es verdad, el cielo se ve hermoso.

—Oye, parece que algo se esta quemando cerca de tu casa. — Señaló Estéfano hacia mi hogar.
Yo miré, y efectivamente, cerca de mi casa, salia una enorme llamarada.

—¡Mi familia!.— Grité e intenté correr, pero Estéfano me detuvo.

—Sabes bien que ya no podemos regresar.

—¡Pero es mi familia!, tengo que ir allá, por favor Estéfano.— Le supliqué.

—Esta bien, vamos. Pero solo lo hago por ti.

★Narra Pablo

Nada me causaba más satisfacción, que ver arder la gran mansión de los Brunetti.
Lastima que la vieja Catalina y el imbécil de Paolo, no estaban ahí adentro.
Me hubiese gustado que murieran quemados todos, pero bueno, no todo en esta vida es perfección.

Salí de mi escondite y me acerqué a las afectadas.

—Que mal lo de su casa señora Catalina, enserio lo siento.— Me reí un poco. La verdad, no podía ocultar la felicidad que sentía.

—¡Tu maldita sabandija!, estoy segura que tu tuviste que ver con el incendio.— Me increpó Catalina.

—No tienes manera de comprobarlo.— Me burlé de ella.

—Disfruta tus últimos días de vida, rata inmunda. Voy a acabar contigo, pulgoso.— Me amenazó.

—Yo también puedo ser muy malo, mi querida señora.
Al final ya veremos, quien es mas fuerte. — La reté y después me fui de ahí. Aun quedan muchas cosas por hacer, y mi venganza contra Paolo y Estéfano, aun no termina.

★Narra Paolo

Al doblar la esquina, no creía lo que estaba viendo.
Mi casa, el lugar donde crecí, se estaba quemando, aunque prácticamente, la casa ya se había consumido.

Catalina, Javiera y Socorro estaban afuera, mientras los bomberos llegaban para apagar el fuego.

—¡Catalina!, ¿Que paso?.— Me acerqué corriendo.

E L   C I R C O (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora