Poemas de (no quiero) amor

Psicosis de contenedor

Maldita sea.
Hoy me he enterado de una cosa.
Dicen que me engañas.
¿Es eso cierto?
A veces confundo las cosas,
no sé si es posible engañar
a alguien que no has visto jamás.
Soñé que te quería, creo que te quiero,
bueno, quizá te conozca.

Me he fijado en ti y,
para que lo sepas,
cuando te pones esa camiseta,
la negra,
se te aclaran los ojos.

Cuando los nervios te atacan
danzas las llaves,
lo he notado,
ya ves, ya verás:
Ciento cincuenta salidas de emergencia
y una sola puerta a Narnia.

Una vez me metí algo,
¿era cocaína?
No sé,
a veces confundo las cosas,
pero la espinita me la saqué;
seguro.

Esa noche no bailabas.
¿Por qué?

Enciendes el cigarrillo,
y me faltan segundos
para pedirte que en la boca sí,
que te acerques levitando
y me partas la cara de un soplido
y me beses (por favor)
mordiéndome la lengua,
que estoy hasta el coño de mordérmela yo sola.

Un día me dijiste
que estaba loca.
Pero ya no me acuerdo
             de si es (verdad).