SOLO ME SALE PENAR

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Ese momento.
Ese preciso lugar en ese momento concreto.
Si entonces, allí, headas, con ganas,
fui feliz...

¿Por qué mi alma grita de pena?
¿Por qué no pasa un día en que no sienta como guarda la ropa de invierno?
Así, con pena y mala cara.
Con una pena horrible.

Los días son largos y, aún así,
la pena se queda corta y la tristeza amarga.

Tristeza...
apenas empiezo a llorar y ya te veo.
Eres pesada de cojones.

Si siempre que me siento en tus piernas
las mías ríen,
¿por qué siento pena?

Cuando te recuerdo a mi lado,
descontando estrellas,
imaginando el fin del mundo,
desbaratando el planeta,
conquistando canciones,
solo me sale tirarme de los pelos
y volver a imaginarte.
Pero con pena.
Con angustia.
Con una desesperación que me cruje los huesos.

Ese momento
cuando me viste por primera vez,
cuando te escribí mi primera canción de pop moderno.
Cuando le presenté mi guitarra a papá
o cuando al estúpido ese le enseñé mi gato
y abrió las pestañas para verlo más de cerca.
Recuerdo cuando rehice mi primer poema:
tenía calor y dos cervezas en cada mano.
La primera vez que bailé bajo la lluvia
lo hice sola
y no sé qué era lo que me caía en la cara.

Tristeza.
Porque siempre es tristeza
y aquí solo llueve los días bisiestos.

Si allí, entonces, libre
fui más feliz que nunca,
¿por qué me visita la pena,
sin falta,
sin retraso,
sin anestesia,
sin llamar antes de rasgar,
como siempre?

Esos momentos contigo...
Todos los días son oscuros menos allí,
con nosotras.
Se me desnubla la pena
y solo llueve cuando queremos,
o cuando te quiero sintigo
y te hayas quedado en casa
sin saber la que estoy cayendo.

Sale el sol un día
y se pone ocho veces a la semana.
Entonces vuelve la tristeza.
¿Por qué te echo de menos si eres solo momentos?
¿Por qué me haces falta si ya me la sé hacer yo solita?

Todos los días son tristes
porque quizá hoy sea la última noche
que te abrigas conmigo.

Poemas de (no quiero) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora