Dicen que son de cobardes,
que son las favoritas de los traidores,
y las llaman de cocodrilo.Dicen que no existen,
que las ansían los mentirosos
para ganarse a los honestos.Pero han de saber los que dicen
que no dicen lo que se ha de saber,
porque lo que se ha de saber
sólo lo sabe la poesía,
y no los que presumen de saber.Y es que
intentar explicarlo
se presenta un tanto,
mas no demasiado,
complicado.Por suerte
o experiencia
o incluso
desgracia,
he sabido siempre
que las lágrimas son de artistas.Son de aquel que sabe sentir,
y qué es si no un artista,
que el que siente con pasión.Derramadas por infinidad de emociones,
sentimientos,
las lágrimas son la máxima expresión
del furor de un artista.Culpables de ellas
son las palabras,
que se enredan hasta pintar
el más maravilloso cuadro.Culpables de ellas
son los colores,
que se mezclan hasta contar
la más intrigante novela.Culpables de ellas
son las notas,
que empezando en do
y acabando en si,
suben y bajan hasta esculpir
el más proporcionado cuerpo humano.Culpables de ellas
son las inexpresivas
piedras de mármol,
que dentro de sí contienen
la más melódica armonía.Y después de esto,
me resulta imposible
no mencionarte,
si para mí eres
como el octavo arte.
Bellas artes tenían que llamarse,
qué ironía
que yo te incluyera aquí
de esta manera tan...
semántica.Emociones generosas,
sentimientos incrustados,
te arrancan con el llanto
la desesperación del alma,
que de tan cerrada que aguardaba
olvidó la discreción
con la que los pájaros
cantan al alba
y con la que las puertas
se cierran tras su espalda,
viva de mensajes
en un idioma desconocido.
Viva de gotitas de agua
que me enloquecen
cuando bajan
y terminan por estancarse
en medio de mi curva favorita.
Y sacarla de allí
no es más que otra excusa
para poder regresar a su piel,
llena de lunares,
que lejos de venir de la Luna,
han caído desde Venus
para aterrizar en tu cuerpo
y crear mi parte no favorita
de tenerle lejos.Y es que me gusta llorar,
sentir las lágrimas en mis mejillas,
porque es como explotar,
como que te exploten todos los órganos,
todos los músculos,
todos los huesos
y todas las venas.
A la vez
y multiplicado por sesenta y ocho.
Con el profundo placer
de liberar los candados del alma.Mas acabo aquí
esta enrevesada poesía,
pues no pude soportar
las lágrimas derramar
ante el recuerdo de su pelo
cuando el arte lo quiere teñir
de palabras y sinalefas.
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Poemas de (no quiero) amor
PoesíaCuando se me rompe el corazón escribo aquí. A veces también imagino tenerlo sano.