Mayo 14, diario de Victoria
La madrugada pasada ocurrió lo que menos nos esperábamos, todos dormían, inclusive yo. No había nadie que cuidara, estábamos seguros de que nada extraño ocurriría aquella noche, aún sabiendo, que teníamos a un enemigo muy cerca de nosotros.
Recuerdo haber oído un sonido un poco peculiar, parecía como si estuvieran triturando algo con los dientes, no quise voltear, no me daba buena espina.
Entre más ponía atención, más terror me daba. Hasta que escuché el grito de mi compañera Mónica, fue que voltee, y observe a Luis devorar con furor la piel de Sedrid, arrancándole capas de piel, su cara estaba bañada en sangre.
El corazón me palpitaba ferozmente, la sangre se me había congelado, mis labios temblaban, ¿moriré aquí? Pensé.
Mónica, quien estaba a lado mío, se colocó de pie y corrió hacia una mochila, sacando de ella un arma, claramente estaba aterrada, no podía ni siquiera mantener quieta el arma; le disparó un par de veces, pero no logró atinarle, lo único que causo fue que Luis ser acercara a nosotras.
Recordé que Diego era amante de los zombis —debes darles en la cabeza, es su punto débil—.
No sé de dónde saque fuerzas, pero me levanté y corrí hasta donde se encontraba Mónica, arrebatándole el arma. Sujeté con fuerzas el mango de ésta, apunté hacia su cabeza y disparé. El sonido seco de la bala hizo eco en todo el lugar.
Me quedé en silencio unos minutos, voltee hacia donde estaba ella, la miré y supe que ahora sólo éramos nosotras dos, nadie más.
—Ahora todo está en orden.
No la dejaré morir, no a otra persona más.
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Diario de una sobreviviente
KurzgeschichtenOctubre 30 Pff, ¿por dónde empiezo? Bien, mi nombre es Victoria, y tengo un diario nuevo ¡Sí! Un diario nuevo, que gran cosa, pero bueno, sólo es un regalo de mis padres. Por el momento no tengo nada que escribir, ya que mi vida suele ser muy a...