Capítulo 23.

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Al.

Se acaba de ir Javi y yo me estoy muriendo de sueño pero justo llega un mensaje de Adri por el grupo, tiene que decir algo importante.. qué será- pienso. Me pongo el despertador a las 10 para que me dé tiempo a hacer todo lo que quiero... Aunque me muero de sueño, no se me ocurre otra cosa que ponerme a mirar horarios de autobuses para ir mañana al pueblo de Rodri, tenemos que coger tres: uno a la ciudad de nuestra provincia (que es Valencia) de allí otro a la ciudad de la provincia del pueblo de Rodri (que es Cuenca) y de allí uno a su pueblo. El primer autobús que sale es demasiado pronto, 8:30 a.m., el segundo sale a las 13:00, creo que es el perfecto. Decido escribirlo por el grupo:

Al 🍃. 00:49 a.m.

<He estado mirando horarios de autobuses, el que mejor nos viene es a la 1, llegaríamos entre las 5 y las 6 ¿Os parece?>

Rodrigo Acevedo. 00:51 a.m.

<Me parece bien, ¿solo venís los dos? si es así os podéis quedar a dormir en mi casa y el domingo veniros conmigo en coche.>

Javi💪. 00:57 a.m.

<Genial. Al, ¿quedamos mañana a las 12:30 en la estación? Por cierto, dime los precios de los autobuses.>

Le respondo que sí, y le digo los precios cuando justo me suena el móvil. Me están llamando, es mi mejor amiga, cuando no puede dormir siempre me llama. Me viene genial hablar con ella ahora, tengo que contarle todo lo que ha pasado hoy. Lo cojo.

-Hola, ¿qué tal estás?- me dice- Tengo que decirte algo.

-Dime que no es algo malo.. que después de todo lo que ha pasado hoy no aguantaría otra mala noticia.

-¿Qué ha pasado? No, es muy bueno.

-Pues dime, en cuanto me digas te cuento.

-Me mudo, a un pueblo de Valencia, no sé cómo se llama la verdad, pero está a media hora del tuyo.

-¿¡QUÉE!?- grito llena de felicidad- eso es buenísimo- digo.

-Sí... los quinientos kilómetros se van a convertir en cincuenta...

-¿Y para cuándo te mudas?

-Pues para dentro de tres semanas creo que ya estaré allí. Bueno, cuéntame, ¿qué ha pasado?

-Me alegro un montón de que te mudes... además tú odias tu pueblo y nos vamos a poder ver bastante de seguido...- digo, y después le cuento todo lo que ha pasado en el día.

Me dice que esté tranquila, que todo va a estar bien, y que ella en tres semanas me podrá dar el mayor abrazo que me hayan dado en la vida. Seguimos hablando de tonterías hasta que digo:

-Me estoy muriendo de sueño... a lo tonto son las 2:15 a.m... Deberíamos colgar ¿sí? Buenas noches, te quiero.

-Igualmente -me dice, y cuelga.

Esta noticia me ha alegrado un montón, es como pf, la conocí con trece y ya tengo diecisiete... han pasado cuatro años y no nos hemos podido ver. Esto demuestra que no hay que rendirse, que si se quiere, se acaba podiendo. Sin darme cuenta se me cierran los ojos. Me estoy quedando dormida y decido intentar hacerlo ya que mañana me espera un largo día...

AliviándomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora