Capítulo 34.

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Javi.

Estoy solo a las afueras del pueblo y él ha vuelto, tengo miedo. Decido llamar a alguien, a Rodri o a Al, o incluso a mi madre. Creo que mi madre es la mejor opción. Estoy marcando.

-Dime Javi.

-Ha vuelto, mamá.- respondo.

-¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde estás?

-Él..

-¡¿Qué?! ¿Dónde estás?

-Estoy en la estación, voy a llamar a Rodri o a Al para que bajen a buscarme.

-¡¿Pero estás solo?!

-Sí..

Creo que mi madre se ha puesto nerviosa, me ha dicho que no puede venir porque está en Valencia renovando unos papeles. Voy a llamar a Rodri. Pero antes abro mi riñonera y cojo un bote de pastillas, lo abro y me tomo una. El médico me dijo que podía tomarme una en caso de urgencia, que si me tomaba más podría tener consecuencias.

Vuelvo a marcar un número en el teléfono, esta vez el de Rodri.

-Dime- me dice.

-Baja a la estación ya, es urgente- respondo.

Me dice que en diez minutos está aquí, y cuelga.

Sigo sentado en las vías, estoy jugando con las piedras, aunque está todo lleno de cristales. Me pongo música.

El dolor de ver con tus propios ojos como se derrumba tu mundo.

-Tu mundo no se derrumbará mientras me hagas caso, no llores, no voy a dejarte solo, ¿me oyes?- me dice.

No le hago caso y sigo escuchando la canción.

Esto se nubla y veo que ya no estás,
no podré salir de todo esto si tú, te vas...

-No voy a irme, confía en mí.-me vuelve a repetir.

No lo aguanto, cada vez me dice más cosas, y cada vez son peores. Decido tomarme otra pastilla. Y sigo con la canción.

Joder.. deja esa cuchilla, dijiste que no lo harías.

-No hagas caso, no importa si coges una cuchilla, a nadie le importa.

Lo ignoro completamente, sé que no es real, pero no puedo evitar creerme todo lo que me dice, cada vez parece más real, cada vez me es más difícil ignorarlo, ser consciente de la realidad.

-Mira cuántos cristales, no importa si coges uno y lo pasas por tu piel.

-¡Javi!- oigo gritar- ¿estás ahí? Ya he llegado.

Rodri.

No me responde... espero que no me haya dicho que baje para nada... Me acerco a la vía y lo veo, parece que tiene un cristal en la mano.

-¿Qué haces?- le digo.

-Rodri, él ha vuelto..-me dice cuando se le cierran los ojos.

No sé qué hacer, me pongo nervioso y solo se me ocurre llamar a una ambulancia, ya viene para acá. Ahora llamo a su madre y le cuento todo lo que ha pasado.

-Antes me llamó Javi, en el momento en el que me dijo 'ha vuelto' dejé todo lo que estaba haciendo y cogí el coche para volver- me dice- aunque aún me queda la mitad del camino...

-Cualquier cosa yo te aviso- respondo.

La ambulancia está llegando, en cuanto llega suben a Javi y me preguntan qué ha pasado, lo cuento, me subo en la ambulancia y nos dirijimos al hospital.

AliviándomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora