Capítulo 31.

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Hace un año. Septiembre...

Lora.

-¿Estás segura de que pagar con la misma moneda es lo correcto?- me dice Andrea mientras yo afirmo con la cabeza.

Tengo tanta ira dentro por lo que me hicieron, que necesito devolvérsela a alguien, a quien sea, me da igual.

-¿Y crees que Javi es la persona a la que quieres joder? Se le ve un buen chico...

-Sí, estoy segura. Mira, por ahí va con Al. Vamos a acercarnos.

Andrea.

Estoy cansada de mi hermana, piensa que puede hacer conmigo lo que quiere solo por ser mi hermana. Me ha obligado a mudarme aquí, yo no quería, quería quedarme con mis padres pero Lora no me ha dejado. Se ha empeñado en que me viniese con ella al piso que tiene aquí mi madre heredado de mis abuelos, y claro, al ser Lora la favorita de mis padres, la niña mimada, no ha necesitado más que decir:

-Mamá, no quiero estar sola en Valencia, ¿y si se viene Andrea?

Y aceptó. De verdad, siento tener el mundo en contra, y la hija de puta de mi hermana encima oculta nuestro parentesco, cambió tanto después de eso.. nunca volverá a ser la misma, antes era una niña feliz, con una sonrisa espectacular. Después de lo que pasó se volvió fría, le dio por ponerse el pelo morado, tatuarse y llenarse de piercings. Dicen que cuando cambias psicológicamente te da por cambiar también físicamente y ella es el claro ejemplo.

-Pobre Javi- pienso- no sabe lo que le espera.

Lora.

Me acerco a Javi y le doy dos besos, y después me presento a Al, no quiero caerle mal, de momento. Pero por los planes que tengo, si no no me importaría.

Intento ligar con Javi, pero sin cantearse, no quiero que piense mal de mí el día que me ha conocido, aunque debería, no sabe la que le espera.

Es asombroso como he podido pasar de ser la marioneta, a ser la que la controla.

Nos quedamos un rato hablando con Al y Javi. Aunque Andrea está callada, como siempre, es una aburrida. Y cuando voy a pedirle a Javi que venga un momento a otro banco mi hermana dice:

-Lo, me acaba de decir tu madre por WhatsApp que vayas a casa, que te ha llamado a ti primero pero no lo has cogido.

Será cabrona, siempre intenta jodérmelo todo. Aunque es algo irónico que yo diga eso, porque desde hace seis meses, soy yo la que no deja de joder a todo el que se me cruza en mi camino.

-Vale, vámonos.-respondo y le doy dos besos a Al, y después a Javi, le susurro en el oído:

-Háblame.

Me sonríe y nos vamos.

-¿Por qué has hecho eso?- le digo a mi hermana levantando la voz.

-Porque sí, porque no quiero que le hagas daño a ese chico.

-Mientras más te interpongas, peor para él, te lo aviso, y sabes que consigo todo lo que me propongo- le digo con una sonrisa en la cara.

Llegamos a casa y me llega un mensaje, un número desconocido.

+34 6-- -- -- -- 15:03 p.m.

<Hola, soy Javi>

Sonrío al pensar que todo está saliendo como yo quiero. Respondo:

<Hola guapo ¿qué tal estás?>

[...]

Cuando me doy cuenta ya es de noche, hemos estado hablando por WhatsApp desde ese primer mensaje suyo. Se ha notado la química que yo quería que hubiese.

Tengo tantas ganas de efectuar ya mi venganza...

-Poco a poco Lo, poco a poco- me digo. Y sonrío, sabiendo que lo voy a conseguir.

AliviándomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora