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Hoy no, tal vez ni mañana estaba lista para decírselo. Pero si pensaba quedarme en su casa, por lo menos él debería saber el motivo. Tal vez ni siquiera lo comprenda y me corra.

Por suerte para mi James recibió otra llamada, pero esta vez no regresó. Me fui a comer, él no se presentó en la cocina.

Me fui a mi trabajo, contenta al menos ahora sabía con quién estaba metida. Sus hombres como todos los días me cuidaban, sin presionarme.

Cuando salí a mi hora de comida, recorde que tenia como 3 dias sin hablar con Bea, por lo que le mande un mensaje.

Te extraño Bea, necesito decirte algo. Pero no te preocupes, estoy bien.

¿Que te paso? También te extraño.

Estoy viviendo con un hombre.

¿QUE? JAJAJAJAJA. Eso no es verdad.

Es que es una historia larga.

Cuéntamela toda. La quiero saber.

Y le cuento todo, desde el momento en que me salí del bar a tomar aire, cuando conocí a James. También que reapareció Laila, digo mi madre, apareció en mi casa, volviendome a pedir ayuda como era lo de siempre de ella.

Le conté que confiaba, y con él estaba bien. Y que estos dias habia estado bien con él, luego me dijo donde tenía llave de su casa por si quería irme ahi, en lo que ella regresaba.

Lo consideraría si las cosas con James se ponían críticas.

A ella le faltaban 3 semanas para regresar.




Regrese a casa de James. Todo se escuchaba serio, cosa que no tenía nada de raro.

Entre a mi habitación y me cambié de ropa. No quería incomodar, por lo que a eso de las 11 de la noche salí a por un vaso de agua.

¿Dónde están los vasos en esta casa?

Escucho un ruido, me asusto y volteo inmediatamente de donde proviene. James está agarrando de la alacena detrás de mí, un vaso. Lo miro, acto seguido èl me da un vaso.

Camina hasta el frigorífico y saca una jarra color verde limón.

Se recarga en la barra y se toma el líquido, mientras que yo me sirvo el mio.

-¿Qué haces tan tarde levantada?

-Uy disculpa. El dia que te conocí era màs tarde que ahorita-Me vuelvo a servir agua. De pronto quiero saber porque acepto que yo me quedara en su casa, eso lo había olvidado preguntar anoche-¿Es que podríamos hablar ahorita?

-¿Ahorita? ¿Sobre que?

-Ahorita que no están tan encima de nosotros tus guardias, me gustaría preguntarte algo.

Sonríe y junto con la sonrisa viene una pequeña risa, deja el vaso en la barra, cruza los brazos y aún sonríe. ¡Maldita sea! ¡Me gusta mucho su sonrisa!

-Mis guardias nunca están encima de mi, solo cuando les digo y si me sucede algo.

-Como sea, me siento mejor ahora.

-Vamos a mi estudio entonces a conversar.

Caminamos un poco hasta la zona izquierda de las escaleras, allí hay una puerta de madera preciosa, la abre y pasamos.

Huele exquisitamente, a loción de hombre. Ese lugar está completamente ordenado.

Dos estantes de libros detrás del escritorio y se que eso es una fachada, que detrás de toda esta oficina debe de tener las armas y cuanta cosa que ha de utilizar.

Shadows Of Pain. | James McAvoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora