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Salgo a caminar temprano por la mañana, tal vez entre tanto lujo, guardia, dinero y de mas lo que yo necesitaba era caminar, relajarse y estar bien, porque realmente me encontraba bien, pero estaba un poco tensa. Escuchar la historia del pasado de James no me cayó como gloria, fue más un balde de agua frio.

Esta era una casa de locos y alguien tenía que tener cordura, al menos quería ser yo, un apoyo para James, en lugar de un estorbo.

Me detuve en seco. ¿Qué pasaría si James se da cuenta que salí de la casa? ¿Y peor aún, si se da cuenta que no llevo guardia? Creo que me matara… no debería bromear con eso.

Tomo camino de regreso, aunque ya estoy retirada,, tengo que seguir caminando porque James no tarda en llegar a la casa.

Mi cuerpo es bloqueado por una fuerza superior a la mía, me sujetan del rostro y me tapa la boca, debe ser un hombre por la fuerza. siento en la espalda baja un objeto punzocortante, a juzgar por el dolor que me causa debe de ser un cuchillo, una navaja.

Empiezo a quejarme, a golpearlo, pero no me suelta. El dolor en m i espalda aumenta, es momento de detenerme porque podría enterrarlo y causar una herida que no tenga marcha atrás.

Debí haber salido con un guardia. Tenía mucho miedo, solo anhelaba que James estuviera aquí.

—Escúchame bien niña— Susurra en mi oído, su voz es extraña como si intentara hacer otro tipo de voz y no su verdadera. Igual no podía verlo, ni reconocerlo—Se que conoces a James McAvoy, solo quiero darte una advertencia a ti. No te aparescas por aqui porque juro que no te voy a dejar ir. Me gusta que seas asi de valiente por salir a la calle sin los guardias ineptos de tu novio. Pero me gustas para mi, entonces no quiero volver a verte por aqui o no respondere. —Trague saliva —¿La conoces?—Me suelta de la boca y puedo hablar.

Mi corazon se detiene, es una foto de Bea sonriendo, es la foto que tiene de perfil en su red social.

—¿Que con eso?

—La conoces o no…

—Si

Me muestra fotos diferentes, ahora saliendo de su casa, y diferentes lados. Esto no puede ser peor.

—Si le dices a James que te encontraste con alguien hoy y que te amenace, que casi te apuñaló por la espalda, no respondere por la vida de tu amiguita. No quiero saber que se lo dijiste porque puedes dejarme de agradar y no respondere. ¿Entendiste?

—Sì, lo entendí.

—Ahora me voy a ir, camina sin mirar atrás y regresa a casa.

Caminé sin detenerme, estaba atónita, asustada. Mi cuerpo temblaba con cada paso que daba, mi cuerpo no respondía mis llamados, estaba en shock.

Logre llegar a casa sana y salva, parecía ser que James ya había llegado, Dios mio

¿Como haria para que no se diera cuenta del miedo que tenía, de que me sentía amenazada y seguir como si nada?

Las rejas estaban abiertas, corrí hasta la puerta de atrás. No se veían guardias de ese lado. Abrí la puerta despacio, como podia hacer eso si tenia tanto miedo.

No había nadie en la cocina, pero de la cocina a las escaleras corría el riesgo de que me topase a James o a Joe.

No, se escuchaban los radios retirados. ¿Donde estaba James? Tal vez estaba en su habitación encerrado, o bañándose, algo tenía que estar haciendo porque no había rastro de él.

Subí las escaleras rápidamente, arriba estaban dos guardias, pero estaban distraídos, a lo mejor James estaba en su cuarto.

—Señorita

Shadows Of Pain. | James McAvoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora