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Me mato el silencio de la casa unos momentos. Solo hasta fue interrumpido por voces y ruidos de muebles, y puertas.

Yo hice mi mayor esfuerzo por llenar la maleta a tiempo, antes de que James subiera, sabía que lo haría. A pesar de que los ruidos de abajo tardaron en llegar, cuando menos lo pensé James se encontraba bajo el marco de la puerta observándome. Llevaba su radio en una de sus manos, cuando se percató que lo miraba se lo coloco en el pantalón.

–¿Qué haces? ¿Te vas?

–Es que esto es...-vacilé –Ni si quiera sé que decirte.

–También yo quisiera decirte algo, pero esto es así. Tan solo debí habértelo dicho desde antes que vinieras aquí. Solo en el mercado puedo acercarme a las personas que asesinaron a mi familia. –Mientras habla se acerca a donde estoy. –Y pensé que lo entendías.

–Soy tan tonta, me pregunto cómo no lo pensé antes. Yo debo irme.

–¿A dónde vas a ir? –Miro mi maleta batida, la ropa en el suelo y en la cama.

–¡No lo sé! Solo sé que, si te matan, yo no quiero estar aquí.

Seguí aventando cosas a la maleta. Empecé a sudar como desquiciada, estaba estresada.

Me tomo del brazo, lo hizo para interrumpir mis malabares.

–Me pones de nervios. –Baje la guardia y él me soltó.

–Nadie va a matarme.

–¿Tu como lo sabes?

–Estoy seguro que no lo harán, y si llegan a hacerlo va ser cuando haya vengado a mi familia. ¿Sabes cuantas veces he estado al borde de la muerte?

Niego con la cabeza.

–Vender met...

–He matado personas... –Lo mire– y te escandalizas porque descubriste el laboratorio. Es algo que siempre ha estado ahí, solo que no lo sabias.

–Es solo que me siento segura contigo y esto no se, siento que está mal.

–Se cometió el error de dejar la trampilla abierta, que fue un terrible error, incluyendo que últimamente eres muy curiosa.

–Sabes perfectamente que corro peligro, ese hombre me persiguió y yo, solo...

Asintió con la cabeza.

–Entiendo tu miedo, pero en algún momento tenías que saber lo que había debajo de la casa, debiste saberlo desde el principio, no lo hice. Ahora solo comprende que, esto es por la justicia de mi familia.

Quise decir algo, que me explicara porque no buscaba otra manera de hacerlo, pero era absurdo meterme en su papel, sus padres fueron asesinados de una manera brutal, y aún no han recibido justicia.

Simplemente me interrumpió.

–En esta casa no corres peligro, solo no hay porque ir allá abajo.

Se dio media vuelta y camino hacia la puerta. Ya debajo del marco, se detuvo, se quedó allí de pie.

–No te voy a detener si quieres irte –Y finalmente salió de la habitación.

Se llevó consigo su varonil esencia y el aroma de su loción.

Era libre de irme, pero tenía miedo, sí que lo tenía. Sabía que jamás había estado exenta de peligro.

Nada ni nadie podría hacerlo cambiar de parecer, él estaba dispuesto a todo y más allá por buscarles un descanso en paz y justicia a su familia y tenía razón.

Shadows Of Pain. | James McAvoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora