Begining

53 6 0
                                    

Capítulo 1:

4 meses antes.

Corre. Corre. Corre. Vuela. Libre.

Trato de huir con todas mis fuerzas, sé que me buscan, sé que me quieren allí, pudriéndome en ese infierno, sé que piensan que soy un peligro, pero no lo soy, soy simplemente...

Diferente.

Yo no pertenezco a ese lugar, jamás volveré allá, no tengo un cuerpo perfecto, tampoco un alma perfecta pero tal vez no cueste tanto integrarme a la sociedad. Tendré que hacer un intento.

Volteo viendo el humo sobresaliente del lugar y siento que me persiguen así que sigo avanzando lo más rápido que puedo.

Corre. Corre. No te canses. Corre. Libre.

Hoy en día.

Despierto ajetreadamente, sudando frío a causa de una pesadilla. Típico de mí, las pesadillas.

Como sé que no voy a poder volver a dormir me levanto y voy hacia la cocina en busca de un vaso de agua. Voy hacia el baño y busco las pastillas que hacen que me calme ubicadas detrás del espejo, me tomo tres de ellas al mismo tiempo y seguidamente observo mi reflejo en el espejo.

En qué momento me puse tan delgada.

Aunque mi aspecto no sea el mejor y que estoy prácticamente muriendo en vida sonrío a mi reflejo porque no estoy en aquel lugar.

Abro la computadora portátil que se encuentra justo frente a mí y busco la sala de chat privada en la que siempre entro

The sad teens club .

Mel_001 dice: ¿Alguien despierto?

LxndseyXx dice: ¿Pesadillas de nuevo, Mel?

Mel_001 dice: Has adivinado Lindsey

_SadAndy_ dice: Mel, deberías ver lo que están dando en las noticias, en el canal 12...

Mel_001 dice: Ahí voy...

Cierro la portátil rápidamente y prendo el televisor mientras observo atentamente lo que dicen las noticias.

"Entre otros reportes, después de 4 meses de desaparición, aún no se encuentra ni el mínimo rastro de la chica internada que escapó del manicomio de la ciudad de Texas, muchos ciudadanos locales están indignados y preocupados con respecto a este asunto, los mantendremos informados a través de este medio si conseguimos nueva información."

Sonrío mientras dirijo mi mirada hasta la ventana para observar el paisaje de los altos edificios de New York, si supieran esos imbeciles que estoy aquí.

-No tengas miedo –dije para mis adentros– nunca cambiaras lo que has sido y eres, acéptalo.

Nombre:Melanie Hudson.
Edad: 17 años.
Ubicación: Hospital especial para enfermedades mentales de Texas.
Diagnóstico: Esquizofrenia paranoide.

Mi nombre es Melanie Hudson, tengo 19 años y crecí sin un hogar, mis padres me abandonaron cuando era apenas una niña y eso causa que no tenga ningún recuerdo de ellos, mi vida se basaba en transportarme de orfanato en orfanato hasta que cuando conseguí la edad de 12 años descubrí algo en mí que no era común, algo anormal.

La gente en general piensa que es un poder, un milagro, un don, pero para mí está ha sido la mayor maldicion de mi vida.

Los encargados del orfanato notaron esto, y tuvieron mucho miedo de mi, pensando que era algún tipo de ser demoniaco enviado por satanás y su mejor idea para deshacerse de mí fue inventar que soy una psicótica y mandarme a un hospital de enfermos mentales con apenas 13 años.

Cuatro años, cuatro malditos años pasé en ese horrible lugar siendo medicada, sedada, controlada. Yo era una niña, era sólo una pequeña niña. Más de una vez intente escapar casi lográndolo, pero nunca lo conseguía haciendo que me ganara estar en una habitación desolada con una camisa de fuerza inmovilizandome completamente, tratándome como una total psicópata.

Hace cuatro meses atrás logré escapar, gracias a mi condición y a las oportunidades que se me cruzaron en mi camino. Logré conseguir una identificación falsa, cambiar mi aspecto completamente y conseguir un pasaporte falso para poder viajar tranquilamente hacia mi destino que siempre fue New York y alejarme de toda la mierda de la que viví en Texas dentro de aquellos orfanatos y aquel manicomio.

Yo no estoy loca, aunque me lo tuviera que recordar seguidamente no lo estoy, en serio.

Cuando se hicieron las 6:30 de la mañana me preparé un desayuno sencillo, no tenía mucho apetito pero tampoco quería dejar de comer por eso.

Me siento como siempre en el comedor de mi pequeño apartamento a comer en total silencio y soledad.

Mi cabeza me atormenta con todos los recuerdos de aquel lugar pero rápidamente me lavo el rostro, me visto con mi uniforme y me dirijo a unas cuadras más adelantes de mi edificio donde se encuentra mi trabajo, la cafetería Starbucks.

Me gusta ver a la gente y lo felices que se ven, se supone que cuando saliera de allá, cuando consiguiera ser libre estaría totalmente feliz pero no lo siento de esa manera, no me siento feliz.

Cualquier persona que tuviera la capacidad que yo tengo la aprovechara para tener una vida fácil sin tener que trabajar o hacer algún esfuerzo, pero a mí me gusta trabajar aquí y ver que hay personas felices, personas que se alegran con un simple café de los que sirven aquí, personas vivas y animadas. Además de que me sentiría deshonesta haciendo tal cosa, prefiero ganarme las cosas de manera honesta.

Mi compañera Jane, de apenas unos años más que yo, me saludó al verme llegar, yo le di una media sonrisa más parecida a una mueca como respuesta y me fui hacia la caja donde es mi zona de trabajo. Apenas eran las 7 de la mañana así que recién estaban empezando a llegar las personas, una señora de la tercera edad se me acercó acompañada de lo que parecía ser su nieta y ordenaron dos cafés grandes acompañados de unos muffins y yo se los serví rápidamente sin chistar escribiendo en el vaso del café los nombres de ambas, ellas sonrieron y se fueron a sentar. Se ven tan felices, algo que yo jamás lograré, es triste, pero cierto.

Después de un día de rutina y trabajo en la cafetería volví a mi casa, tratando de tapar lo más que pude mi rostro con la chaqueta que llevo mientras camino por la noche, aunque esté a miles de kilómetros de Texas, aún sentía miedo.

Pero jamás volveré allá.

The sad teens club . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora