Capítulo 4:
-Quiero que me cuenten lo que sucedió desde el principio hasta el final -mi jefe está frente a Jane y a mí y nos mira expectantes esperando una respuesta.
Apenas llegué a la cafetería mi jefe nos ha llamado para hablar sobre lo sucedido. Al parecer recibimos una demanda del hombre al que golpeé pero revisamos la grabación de las cámaras de seguridad y no hay razón para que nos incrimine si yo en ningún momento hice movimiento alguno en contra del hombre.
-Vanessa estaba atendiendo al hombre -Jane habla por mí, ella sabe que no me gusta hablar, me alegra tenerla de compañera- él se puso agresivo, Vanessa se pudo nerviosa gracias a la actitud del hombre y se le derramó el café que había servido. Todos los daños graves los recibió Vanessa, con solo ver sus manos se dará cuenta -observé mis manos envueltas con las gasas- a el hombre sólo le cayeron algunas gotas en la camisa y se puso súper agresivo. Luego, como se ve en el vídeo, el adorno de cerámica salió volando y chochó con él.
-¿Es eso cierto, Vanessa? -mi jefe me interroga y yo asiento rápidamente con la cabeza.
-Tal vez haya sido el destino, el karma. El hombre se portó como un imbecil y estaba a punto de golpearla, el destino jugó de tu lado Vanessa.
-Claro el destino -digo sarcásticamente en mi mente.
-Bueno, como tenemos pruebas visuales de que el hombre no fue agredido directamente por alguno de los empleados del local y tenemos testigos, quedamos libres, pero por favor que esto jamás vuelva a ocurrir -dice mi jefe autoritariamente. Jane y yo asentimos eufóricamente con la cabeza.
-No volverá a pasar -digo en un susurro mientras salgo de su oficina.
Estoy muy aliviada de que esto se haya solucionado. Tenía miedo, mucho miedo de que notaran que hay algo mal conmigo, no puedo permitir que ocurra, no de nuevo.
–Hola Vanessa-no noto cuando Dominik llega y me saluda en su característico tono susurrado y grueso de voz. Él me pone nerviosa pero trato de disimular esto un poco.
-Hola Dominik-digo en un balbuceo, él dirige su mirada hasta mis manos.
-¿Cómo van tus manos? -sin dejarme reaccionar ante sus actos, acerca sus manos a las mías y las examina- deberías cambiar las vendas, estas son de ayer y las heridas se pueden poner peor, en la farmacia venden algunas gasas.
-Soy un poco torpe -digo en un susurro lo suficientemente fuerte como para que el entienda.
-No eres torpe, eres humana- yo lo miro a los ojos de manera confundida, como si hubiera dicho algo extraño o prohibido- ¿por qué esa mirada? -dice el un poco confuso.
Lo miro directamente a los ojos- ...no dejes que te ciegue lo que ves.
Es que en realidad no soy humana, soy un monstruo.
-Eres muy diferente -dice el más para él mismo que para mí.
-Si que soy diferente -digo en un suspiro.
-Vanessa, ¿me podrías servir un capuccino grande por favor? Voy con un poco de apuro.
-Claro, ¿algo más?
-No, gracias -él me entrega el dinero y yo le entrego su café.
-Aquí tienes -él lo toma y volvemos a rozar nuestras manos y siento la familiar corriente eléctrica que se hace presente cada vez que siento su piel. Eso me hace recordar al día de ayer.
-Chao Vanessa, fue un gusto verte -sale de la cafetería y yo suspiro mientras los veo irse.
Cuando Dominik se va Jane se acerca a mi, no hay muchos clientes así que probablemente venga a hablar.
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The sad teens club .
Roman pour AdolescentsNombre:Melanie Hudson. Edad: 19 años. Ubicación: Hospital especial para enfermedades mentales de Texas. Diagnóstico: Esquizofrenia paranoide. Mi nombre es Melanie Hudson, tengo 19 años y crecí sin un hogar, mis padres me abandonaron cuando era apen...