Capítulo 2:
Camino a paso lento y disfruto cómo el viento choca contra mi rostro mientras me muevo, que hermoso es poder volver a sentir esto después de cuatro años de encierro.
Está haciendo frío así que es la excusa perfecta para caminar con un gran suéter y un gorro haciéndome irreconocible.
Abro la puerta del local, le doy mi acostumbrada sonrisa/mueca de buenos días a Jane y voy hacia mi puesto. Doy gracias a que esa chica se ha acostumbrado a mi falta de comunicación y no hace muchas preguntas incómodas, no me gustan las preguntas.
Empiezan a llegar las personas a tomar sus cafés mañaneros, algunos llevan sus portátiles al café y se quedan un largo rato mientras yo los observo desde mi puesto, me gusta observar a las personas.
Como aún es muy temprano y no ha llegado mucha gente tomo mi reproductor musical, audífonos y escucho la canción Zombie - The Cranberries mientras miro hacia el suelo. No escucho mucha música ya que al vivir toda mi vida aislada de la sociedad nunca pude vivir como una persona normal, tengo alrededor de 15 canciones en mi reproductor. Esta canción me la enseñó una chica que conocí en el manicomio, antes de que me pusieran en aislamiento, recordar a aquella chica me pone sumamente triste por ciertas razones pero gracias a ella es que más de la mitad de las canciones que tengo en mi reproductor se encuentran aquí, a ella le gustaba la música.
Estoy tan metida en mi música y mis pensamientos que no me doy cuenta que se encuentra alguien frente a mi esperando poder tomar su pedido.
Siento la mirada de alguien y cuando me doy cuenta, retiro los audífonos de mis oídos y alzo la mirada, al verlo contengo la respiración.
Lo observo detenidamente, él es... Yo jamás he visto a un chico así.
Él me mira fijamente en silencio, con los ojos como platos y luego de unos segundos aclara su garganta.
-¿Me podría dar un capuccino por favor?
No es que yo jamás hubiera visto un chico, había visto algunos cuantos, varios de ellos eran lindos, pero él era... Ni sé cómo explicarlo.
-¿Desea algo más? -cuando hablo sus ojos empiezan a brillar, causando que me ponga un poco nerviosa.
-Así está bien -dice él bajando la mirada, al parecer es tímido.
Le sirvo su capuccino con mis manos temblando notablemente y se lo entrego tímidamente. En el momento que se lo entrego nuestras manos rozan, causando que me ponga aún más nerviosa, al parecer él lo nota y retira su mano rápidamente.
-Gracias, que tenga un buen día. -seguidamente el sale prácticamente corriendo del lugar mientras bebe su capuccino.
Cuando él se va , salgo de mi puesto y asomo mi cabeza por la ventana para verlo caminar rápidamente de espaldas hasta que se pierde entre las personas.
-Oye -escucho la voz de Jane causando que me sobresalte, eso me ha asustado y tomado por sorpresa- tranquila -ríe mientras yo volteo y la miro con ojos como platos, casi nunca intercambio palabras con ella- lindo chico ¿no es así?
-Si... -miro hacia mis pies, tratando de evitar su mirada.
-Hey, puedes confiar en mí -dice ella mientras toca mi hombro causando que me aleje de ella de un brinco- lo siento...
-No es tu culpa -digo mientras me voy a mi puesto, tratando con éxito de escapar de esa incómoda situación.
Aunque me gusta observar a las personas, no me gusta socializar con ellas. Todo lo que he vivido en mi vida ha causando que me convierta en una persona cerrada, tímida, nerviosa y solitaria.
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The sad teens club .
Roman pour AdolescentsNombre:Melanie Hudson. Edad: 19 años. Ubicación: Hospital especial para enfermedades mentales de Texas. Diagnóstico: Esquizofrenia paranoide. Mi nombre es Melanie Hudson, tengo 19 años y crecí sin un hogar, mis padres me abandonaron cuando era apen...