Capítulo 1. Los cambios pueden tener consecuencias.

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Calle de los Farolillos. Alemania. Finales de Agosto.

(Narra Rapunzel)

La llave se deslizó por la cerradura y abrí la puerta con una amplia sonrisa, por fin volvía a casa tras un mes de agosto recorriendo toda Alemania con Flynn.

-Hola –dije mientras apoyaba mi pequeña maleta contra la pared –he llegado... ¿Papá?

Entonces de la puerta que conducía al salón salió una niña de no más de dos años, la niña caminó torpemente hasta mí mientras balbuceaba algo parecido a mi nombre.

-Hola pequeñaja, cuanto tiempo –dije cogiendo a mi querida hermana Floy en brazos.

Ella me sonrió y me toqueteó la cara, Floy y yo no éramos hermanas del todo, pues ella era fruto del amor de mi padre con su, ahora sé que es primera, esposa.

Ella me sonrió y me toqueteó la cara, Floy y yo no éramos hermanas del todo, pues ella era fruto del amor de mi padre con su, ahora sé que es primera, esposa

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-Cuantas veces tengo que decirte que... -la esposa de mi padre se frenó en seco al verme y me sonrió -¡Rapunzel! No sabía que llegarías hoy, me alegro de volver a verte.

Nos dimos un abrazo cariñoso y ambas fuimos al salón, donde me explicó que mi padre estaba en un viaje de negocios y que, si todo iba bien, el 1 de septiembre estaría en King Cross para despedirse.

-Pero ahora es momento de que hables tú, cuéntame qué tal lo has pasado en este viaje.

Calle secundaria del pueblo de Berk. Finales de Agosto.

(Narra Hiccup)

Abrí los ojos despacio y observé mi habitación desordenada, desde que había vuelto de Nueva York me había dedicado a volver a hacerla mía y ahora era consciente de que mi madre tendría mucho trabajo por hacer cuando volviera a Hogwarts. No es que fuera un chico desordenado, pero mi madre tenía esa costumbre.

Entonces me giré y me topé con una cabellera rubia y revuelta, sentí que mi sonrisa se ensanchaba y con cuidado de no despertarla atrapé a Astrid entre mis brazos... Dormir juntos no era algo habitual, pero no era aquella la primera vez.

 Dormir juntos no era algo habitual, pero no era aquella la primera vez

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THE BIG FOUR. Los magos mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora