Capítulo 12. Mucho peor que la última.

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Pasillo que lleva a la Torre de Gryffindor. Por la tarde.

(Narra Mérida)

-Pero claro, por otro lado también pueden preguntar esto otro y entonces estoy en un problema grave, pues no tengo ni idea de cómo hacerlo. Pero casi mejor que preguntaran eso que no esto otro... eso sí que lo llevo mal –Elsa llevaba un rato hablando a toda velocidad sobre los exámenes y yo la miraba sin saber cómo detener su monólogo –. Pero por favor deja de mirarme así y párame de una vez porque si sigo así creo que me va a dar un alg...

Entonces fue cuando la cogí y la zarandeé, era la único que se me ocurrió, lo siento.

-Vaya... gracias Mérida.

-Perdona, no tengo la cabeza en su sitio...

-Normal, los exámenes también deben de ser estresantes para ti.

Sonreí de medio lado, no eran los exámenes los que me preocupaban... ¿Tal vez debería decirle la verdad a Elsa? Habíamos acordado no decírselo a nadie, ni siquiera a nuestros más cercanos amigos.

-¿Ocurre algo? –me preguntó entonces Elsa, sus ojos azules se habían clavado en mí y presentaban cierta preocupación.

-No, es solo que... -tenía que decirle algo, algo que le hiciera entender por qué me iba sin decírselo –Elsa tú y tu hermana... siempre seréis de mis mi mejores amiga.

Definitivamente era sumamente estúpida, esa sería probablemente una de nuestras últimas conversaciones y le decía aquella tontería... Atenea no estaba conmigo.

Elsa me miró sin entender a que venía mi comentario y optó por darme un abrazo a modo de respuesta.

-No sé qué te está ocurriendo, pero cuando estés preparada estaré aquí para que me lo cuentes.

Sonreí a mi amiga, ella sin duda sí habría encontrado la forma de decirme lo que a mí no me salía.

En ese momento vi salir de un aula que nunca se usaba al director del colegio y al director del Ilvermorny en compañía de Bunnymund... fruncí el ceño al ver que se habían reunido sin Toothiana ¿acaso le habría ocurrido algo por saber más de la cuenta sobre nosotros?

Fue entonces cuando llegó, como la última vez. El estruendo hizo que todo a nuestro alrededor se tambaleara. En algún lugar del castillo alguien dio la alarma y entonces se empezó a escuchar un jaleo que se acercaba poco a poco.

Ambos directores se giraron hacia Bunnymund y este asintió antes de que desaparecieran corriendo hacia algún lugar desconocido.

Nosotras nos quedamos quietas observándolo todo, cuando los directores se fueron Bunnymund se giró hacia nosotras y, con un gesto serio, nos ordenó:

-Iros a vuestras habitaciones, no salgáis de ahí hasta nuevo aviso.

Elsa asintió, sin duda aterrada, y corrió por el pasillo en dirección a las mazmorras de Slytherin. Yo sin embargo me quedé allí quieta, observando al profesor... no, al guardián.

-¿A que está esperando, señorita DunBroch?

Negué con la cabeza y le miré a los ojos, eran verdes.

-Si de verdad piensa que me va a retener dentro de una habitación cuando hay otro ataque de Pesadillas va usted listo, no son suficientes para poder hacerles frente. Necesitan mi ayuda.

THE BIG FOUR. Los magos mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora