Capítulo 3. El oráculo de Delfos.

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Una semana después. 23 de Octubre. Clase de Trasformaciones.

(Narra Elsa)

-Poneos por parejas para el próximo ejercicio –comentó la profesora Weasley mientras, con un movimiento de la varita, borraba la pizarra.

Me giré en dirección a Mérida para pedirle que fuese mi pareja y me topé con los ojos de Hans clavados en mí.

-¿Te apetece que seamos pareja? –Me preguntó con una sonrisa, yo le miré confusa y él bajó la cabeza dándose cuenta de lo que había dicho –En el trabajo, claro.

Le sonreí y busqué con la mirada a Mérida, se había levantado y me miraba con gesto serio, desde hacía una semana no solía acercase a mí si estaba Hans cerca... no tenía ni idea del motivo, pero quería averiguarlo.

Clavé mis ojos en los suyos y me sonrió, eso significaba que le daba igual, perfecto.

-De acuerdo, Hans –contesté a mi amigo con una sonrisa.

Ambos nos sentamos juntos y vi como Mérida se acercaba a un muchacho en la otra punta de la clase... él alzó la cabeza y vi que sonreía ligeramente al ver a Mérida, una punzada me atravesó el corazón al ver que Mérida se sentaba al lado de Jack. ¿Le había dicho de ser su compañero? ¿Por qué? ¿No había nadie más? ¿Se habían arreglado?

-Se acabó el tiempo, sentaos y escuchad –dijo entonces la profesora.

***

(Narra Jack)

-Si las miradas matasen tú y yo estaríamos muertos –comenté a Mérida en un susurro mientras la profesora seguía explicando.

Mérida me echó una mirada de soslayo y continuó atendiendo, no entendía muy bien que rumbo había tomado nuestra relación, pero tampoco me importaba tenerla de nuevo cerca.

-Supongo que si consigue separarse del baboso de Hans le explicaré la verdad –me susurró sin levantar la vista de su pergamino.

-No creo que sea acertado, Mérida. –Le dije poniéndome tenso y clavando mis ojos en ella, quería que me mirase –Si Hans descubre que lo sabes podríais salir mal paradas tú o incluso Elsa. Ya te dije que no necesitaba ayuda.

Ella dejó entonces la pluma y clavó sus ojos aqua en los míos, noté la preocupación que sentía por mí y también el miedo por Elsa al estar siempre con Hans.

-Si lo que estás sugiriendo es que me quede de brazos cruzados mientras el idiota que casi fue mi mejor amigo recibe golpes por cuatro asquerosas serpientes, no lo vas a conseguir. Si tengo que ponerme delante para recibir los golpes por ti lo haré, Jack.

Me quedé sin saber que responder, no esperaba que Mérida me dijera aquello en medio de clase... estaba claro que no podía meterme en medio de sus decisiones, pero tampoco pensaba dejar que le tocasen un pelo.

-Señorita DunBroch, si desea seguir su conversación con el señor Frost fuera de clase tiene permiso –dijo entonces la profesora Weasley con tono severo.

-Disculpe profesora, no volverá a pasar.

Noté entonces la mirada gélida de Elsa, sin duda querría preguntarle muchas cosas a Mérida...

23 de Octubre. Biblioteca de Hogwarts. Por la tarde.

(Narra Hiccup)

-Es raro que no aparezca nada sobre el símbolo... -murmuró Rapunzel mientras pasaba las hojas del pesado libro que había sacado de la biblioteca.

THE BIG FOUR. Los magos mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora