Capítulo 4. El torneo de Duelos.

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Gran Comedor. 24 de Octubre. Por la mañana.

(Narra Mérida)

-Buenos días –me saludó Anna mientras se sentaba justo enfrente de mí.

Alcé la vista de mi cuenco de cereales y sonreí timidamente a Anna, no parecía enterada de la discusión que había tenido con su hermana.

Se sirvió algo para desayunar sin decir nada más y yo volví a mi tazón... tras un rato de silencio supe que algo le pasaba a Anna.

- ¿Ocurre algo, Anna? –le pregunté.

Ella no levantó la vista de su desayuno, cuando iba a volver a insistir un centenar de búhos aparecieron en el Gran Comedor y, cuando dos lechuzas se posaron delante de mí, dejé a un lado a Anna.

El correo consistía en dos cartas, una estaba pulcramente cerrada al estilo más muggle posible, estaba claro que aquella pertenecía a mis padres; la dejé a un lado y me centré en la otra, parecía una carta sin ninguna floritura y hecha a toda prisa ¿De quién sería? La abrí y leí atentamente.

Puesto que estamos en una situación tan "engorrosa" he tenido que escribir esta carta. Necesito enseñarte algo, algo importante. Reúnete conmigo en la hora libre que tienes después de Historia de la Magia, el lugar es a unos 20 metros de la cabaña de Hagrid. ~J

Arrugué la carta y me la guardé en el bolsillo. Alcé la vista para despedirme de Anna, pero ya no se encontraba allí. ¿Se había marchado sin despedirse? Aquello sí que era extraño... Recorrí con la mirada el Gran Comedor y localicé a Kristoff saliendo, bingo, allí estaba mi fuente de información.

***

(Narra Kristoff)

-¡Kristoff! –oí que me llamaba alguien.

Me giré en la puerta del Gran Comedor y vi como Mérida se acercaba a mí corriendo, cuando llegó se detuvo sin apenas notar la carrera.

-Perdona, supongo que tienes que ir a clase –me dijo.

Así era, tenía ahora mismo clase de Herbología y justo era con Gryffindor.

-Vamos hacia el mismo sitio, qué tal si me cuentas qué ocurre de camino.

Mérida asintió y ambos comenzamos el camino hacia los invernaderos.

-Quería preguntarte por Anna, esta mañana estaba muy rara y, antes incluso de darme tiempo a preguntarle qué ocurría, se marchó.

Me tensé con disimulo ante lo que Mérida me preguntaba, no sabía si era la persona más indicada para decirle la verdad.

-Sé que a lo mejor te pongo en una situación comprometida, pero necesito saber que le ocurre a mi amiga.

Clavó entonces sus ojos en mí y supe que la preocupación era sincera. No sabía qué mosca le había picado a Anna para no decirle nada, pero Mérida era amiga de ella y de su hermana, merecía saberlo.

El día anterior... 22:00. Pasillos de Hogwarts.

(Narra Kristoff)

La risa escandalosa de Anna inundó el pasillo y pegué mi boca a la suya para que dejara de oírse, ella siguió riendo mientras la besaba.

La risa escandalosa de Anna inundó el pasillo y pegué mi boca a la suya para que dejara de oírse, ella siguió riendo mientras la besaba

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THE BIG FOUR. Los magos mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora