Capitulo 32

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Los demolition lovers, declaracion de Donnald Way, padre de Gerard:

Ellos dos no eran asi, recuerdo a mi pequeño Gerard jugando con su hermano Mikey, en su corazon solo existia la bondad o almenos solo eso el demostraba, no supe en que momento lo deje caer en todo esto. Ella siempre habia sido una chica muy tranquila a pesar de haberse encontrado en las peores situaciones de riesgo, era obra del destino que se enamoraran, cada que estaba cerca uno del otro sentian una inexplicable curiosidad o atraccion y no se dieron cuenta de que al ser su salvacion tambien podrian ser su destruccion.

Fin de la declaracion.

Paso la noche y me desperto la sensacion del brazo de Gerard rodeandome por la cintura, me habia olvidado completamente del tema de anoche, solo estaba conciente del presente. Me levante de la cama con cuidado de no despertar a Gerard, fui directo a la duche y me ralje, no me sentia con animos como otros dias, habia algo que me estaba fastidiando y debia saber que era.

sali de la ducha envuelta en una toalla, mientras secaba mi cabello con otra, busque entre mi ropa y me decidi por unos jeans y una camiseta nera, me puse un par de zapatos con un ligero tacon y baja. Cuando me encontraba en la sala me pude percatar de que todavia no se encontraba nadie despierto, asi que pense en ayudarle a Olivia esta vez y preparar el desayuno yo misma. Acerque las cosas que necesitaba, prepare hot cakes y jugo de naranja, me prepare un cafe y me sente en el comedor para tomarlo tranquilamente.

Luego de terminar mi cafe, me sente en un sillon que estaba apoyado cerca de la ventana y pude observar como la gente llevaba a cabo su vida con tranquilidad y me preguntaba si yo algún día podría llevar una vida así junto a Gerard, pero me temo que ya era demasiado tarde.

Declaración de Mikey Way, hermano de Gerard Way.
Desde que el era un adolescente tenía pesadillas que comenzaron a hacerse presentes cuando el tenía 15 años, a veces por las noches lo escuchaba gritar y llorar en silencio, pero en realidad no sabia que era lo que lo atormentaba en realidad, ni siquiera la persona que el más amaba lo sabia, pero algo era cierto, solo ella podía darle la paz que necesitaba y la locura que lo tiraba al borde del abismo. El la amaba y se lo demostraba con frecuencia como a los inicios de su relación, pero con el tiempo, el amor que el sentia por ella no lo sabía demostrar, había perdido parte de la sensibilidad que el aún tenía, pero aun así el sabía que lejos de ella no era más que un asesino sin causa y un desquiciado con ganas de venganza.
Fin de la declaración.

Todos comenzaron a bajar y se sorprendieron por encontrar el desayuno hecho y a mi sentada en la sala, pero sobre todo Mikey fue quien se sorprendió más al encontrarme sola.
-Elise, ¿Que haces aqui?, ¿Ayer no hubo acción? -pregunto Mikey con demasiada indiscreción.
Reí ante su comentario y me límite a contesta,-No fue eso, solo que hoy me levante temprano.
Los chicos colocaban los platos en la mesa para poder empezar a servir su desayuno, pero un grito rompió con la tranquilidad, era Gerard, el grito provenía de nuestra habitacion y sin dudarlo subí a toda prisa para ver que ocurría.
Cuando entré en la habitación en contra a Gerard con la mirada perdida y bañado en sudor, me acerque a la cama y lo abracé, el se aferro a mis brazo e inconscientemente una lagrima rodó por su mejilla.
-Gerard, ¿que paso?-pregunté con total preocupación.
-Es ese recuerdo, no deja de pasar por mi mente, no puedo olvidarlo Elise.
Sabía que Gerard tenia pesadillas, pero desconocía la gravedad de estas o su origen, hasta ese momento.
-¿Que recuerdo Gerard?
-Fue...fue hace mucho, cuando todavía vivía en Nueva Jersey, Barbara me tendió una trampa junto con ese bastardo de Jack, el... el los mando, ellos abusaron de mi, ellos me hicieron sentir de la manera mas sucia y miserable.-dijo Gerard derramando una lagrima.
Mi pobre Gerard, era tan solo un muchacho que no tenia por que haber vivido aquello, lo peor es que su madre ignoraba el origen de aquella pesadillas, pero ahora nos encargaríamos de que esos bastardos pagarán por lo que hicieron.
-Tranquilo amor, tranquilo, yo estoy contigo.-dije abrazando fuertemente a Gerard.
-Algunas veces tu logras quitar ese recuerdo, pero a veces tengo miedo de no ser lo suficientemente hombre para ti.
-No digas eso, tu siempre has sido todo lo que yo podría querer, yo era una marioneta Gerard, tu me diste vida.

Hasta El Final (Gerard Way) ¡EN EDICIÓN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora