02.

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Al pasar las víctimas, sus expresiones se hacían más frías. Menos usuales. Más fingidas.

Últimamente el clima no era adecuado. Cuando pisó el jardín de la escuela, pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer de las grises nubes.

El cielo era como sus sentimientos. Grises y fríos.

Cuando pisó la entrada de la escuela, se limpió las gotas que habían caído en su rostro y abrió la puerta. El golpe de la calefacción hizo que su cuerpo sufriera un leve destemplo. Fuera del edificio hacía frío, mientras que dentro de él, el calor era agradable.

A lo lejos pudo ver la cabellera de Kim Seul Gi. Ella venía cargando libros en sus brazos. Era el momento perfecto para hacer su gran entrada. Era el momento exacto para penetrarse en la vida de la inocente Seul Gi.

Con paso calmado se fue acercando a ella. Una vez que la tuvo frente a sí, hizo parecer que por accidente estampaba su hombro con el de ella. Pero era todo menos un accidente.

―¡Vaya! Lo siento.― El chico de cabello rubio se agachó a agarrar los libros que se habían derramado por todo el pasillo.

―No te preocupes.―Dijo ella, mientras que recogía los libros también.― El maestro de artes no tenía por qué cargarme con todos estos libros.

Namjoon fue capaz de notar como la chica acomodaba su cabello detrás de su oreja. Inconscientemente recordó a Soo―Yun, por qué ella también tenía esa manía. Recordó cada uno de sus gestos y su sonrisa. Recordó su sangre y lo bella que era.

Él se levantó un poco aturdido y le entregó los libros a la chica frente a sí. Después miro al frente y empezó a caminar.

¿Qué diablos era esa sensación que tenía en el pecho?

―¿Namjoon?.― El chico se detuvo al escuchar la voz de Seul Gi y volteo a verla. Ella tenía una expresión de nostalgia en su rostro.― Lo lamento tanto.

―¿Por qué?― Fue lo que el pregunto. Su rostro tenía una mirada neutra. Mientras que el de la chica parecía que en cualquier momento soltaría lágrimas de sus grandes y lindos ojos.

―Sobre Soo-Yun. Lo lamento tanto.

Él asintió. No sabía qué decir o que hacer. No había hablado con nadie sobre ello. Nadie supo sobre él en un año. Todos creían que él estaba destrozado en otro país. Nadie sabía que él estaba huyendo de la terrible acción que había hecho.

―Sí, yo también.

Pero aun así seguía siendo bueno engañando a los demás.

Tal vez» NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora