EL VIAJE (COMPLETO)

UNO DE LOS DEMONIOS DE LUCIFER

ANDRES

La propuesta de Alexander no están mala después de todo, intentar encontrar a mi anima en un tiempo establecido…..jugar con el tiempo y el destino ha sido uno de mis hobbies favoritos, ¿porque no? ….no puedo perder nada, todo lo que he tenido puede desaparecer en unos minutos….”piensa” me dije a mi mismo, ¿aceptara?

-        Alexander, acepto tu propuesta, pero lo único que te digo, no te estoy seguro de que el acepte….un trato de esa magnitud

-        Tranquilo, que mas podría pasar….si lo analizas no puede rechazar a tener la eternidad de un ángel bueno ¿no crees? – asintió y observo el reloj solo quedaban dos minutos para que uno de los demonios de Lucifer apareciera

-        Entonces, estás listo….no falta mucho para entablar una no muy amena conversación

Por fin el reloj comenzó con las campanadas, ya era la hora….llego el momento que por tanto tiempo había ocultado, saber que dependes de tu enemigo es humillante pero la vida lo vale o lo que pueda conseguir de ella….tener una oportunidad más.

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Ambos se encontraban en medio de la sala, en la espera de uno de los demonios…..Andrés comenzó a caminar hacia la ventana, lo que observo lo dejo frio….el paisaje no era el mismo el cielo era rojo con matices negras, las hojas no se movían lo que significaba que no había viento, no se escuchaba ninguna clase de animal por el alrededor ¡PERO QUE RAYOS! Hablo, sin darse cuenta de lo que sucedía a sus espaldas….una imagen nada hermosa era lo que tenía al frente suyo.

Cuando pretendía hablar con Alexander, se sorprendió al ver todo obscuro no había ninguna clases de luz en la habitación, apenas se podía observar los pies…..cerro un momento los ojos tenía que acostumbrarse a la obscuridad “ya viene” pensó, comenzó a caminar tenía que estar cerca de Alexander no podían separarse o sus planes no saldrían como lo tenían planeado

– Alex ¿Dónde estás? – Grito, espero para escuchar una respuesta, nada solo silencio

- ¡ALEXANDER! – volvió a gritar, otra vez silencio “RAYOS”, esto no puede estar pasando, se dijo a si mismo, con su vista ya acostumbrada comenzó a buscarlo, nada…todo era silencio no escuchaba nada ni a nadie.

Paso su mirada rápidamente por cada rincón cercano, nada…un momento se detuvo en una de las sillas, había alguien ¿pero quién?, camino en su dirección….estaba de espaldas toco su hombro y se quemo …

- Hola Andrés, ya llego el momento y tu no has cumplido con tu palabra – una de las voces más grotescas que había escuchado, no entendía a qué momento llego, como no percibió su olor….se alejo unos cuantos, pasos observo a su alrededor estaba solo, y ya no era la habitación estaba en las profundidades del infierno, el calor era sofocante….si seguía de esa manera iba a morir sin haber planteado una propuesta que ayude a  su vida.

No entiendes nada – gritó, el eco que escuchó lo sorprendió, volvió a observar ya no estaba en las profundidades ahora se encontraba en un acantilado, mejor dicho un pedazo de piedra con el tamaño suficiente para el….. “maldición” “este demonio está jugando conmigo” – pensó, era la única realidad

– Lo entiendo todo, tu no sabes nada – escuchó la respuesta lejos de donde se encontraba

– tengo una nueva propuesta – hablo esperando la respuesta, observo de nuevo todo, ya no estaba en la piedra, estaba sentado en un trono, un tanto extraño para él, pero algo familiar encontraba en ello

– Así, pues muy bien habla….antes yo tengo una pregunta para ti ¿sabes donde estas? – no entendía nada, cuando iba a decir que estaba en un trono ya no estaba, ahora se encontraba en su habitación, frente un espejo de tamaño normal, su aspecto no era el mismo, tenía los ojos rojos, sus colmillos eran más grandes de lo normal y aparentemente tenía el doble de tamaño, si sus recuerdos no lo traicionaban era como un demonio de épocas antiguas ¿como? ¿Donde? “este no soy yo” – hablo con toda seguridad sabia que el demonio quería engañarlo y por poco lo consigue.

Cerró los ojos para borrar la imagen que tenia de si mismo, “esto debe funcionar” se dijo a si mismo, cuando volvió a abrirlo su imagen seguía siendo la misma

– Aun no lo recuerdas ¿verdad? -  escucho la pregunta muy cerca, pero nunca  a quien lo cuestiono “recordar, no tengo nada que recordar”, pensó, nunca se había visto así

- ¡NO!, jamás he sido de esta manera – hablo esperando una refutación pero nada, cuando iba a caminar una mano lo detuvo se sentía cálida y suave a su tacto, regreso a ver quién era, no podía creer quien era o mejor su belleza, una mujer hermosa, ojos azules como el cielo, su cabello rubio como el sol, blanca como las nubes….no sabía en qué momento llego pero no le importo nada, solo su presencia lo calmaba.

-No me recuerdas – le preguntó la mujer, su voz era una melodía que jamás podía haber olvidado y lo sabía, algo en él decía que tenía que estar cerca de ella ¿porque? Algo que no entendía

– Tu voz me es familiar….pero tu rostro no….eres, mejor dicho siento que debo de estar a tu lado ¿Quién eres? – Pregunto, observando el rostro de tristeza de la mujer, verla de esa manera lo destruía

– soy tu…Amelia ¿te suena? – sus ojos eran como estrellas que decían algo muy silencioso pero cierto, la observó detalladamente….una mujer hermosa que nadie podría olvidar, pero él lo había hecho y se sentía miserable por haberlo hecho, pero si analizaba existía una parte de su vida que jamás llego a recordar, nunca le dio importancia “tarde o temprano recordare” eso fue lo que dijo para tranquilizar su mente y espíritu.

Aquella mujer se acerco y lo beso, “suaves” pensó, dejándose llevar por el beso, uno especial lo sabía, en eso una ráfaga de imágenes apareció en su mente provocándole un fuerte dolor que lo boto al suelo, una de ellas donde estaba el junto a ella y una niña muy hermosa, otra estaba el solo en un trono esperando ¿Qué? No lo sabía, otra donde estaba con dos niños a su lado, una y otra de su vida pasada, mejor dicho de quien es en realidad, nunca en su vida tenía que buscar a su anima, el ya tenía una, con ella su vida.

Se puso de pie y la observo habían pasado los años, muchos lejos de su familia de su hogar el motivo no lo recordó, pero si preguntaba capaz sabría en realidad cuando termino haciendo tratos con demonios

– perdóname – le dijo, la tomo entre sus brazos, se sentía bien tenerla de nuevo junto a él – no entiendo nada – se separaron, ella lo observaba feliz, sabía que no podía olvidarla fácilmente, aunque el accidente fue grave separándolo de su lado.

Ella paso una de sus manos por su rostro, él como acto reflejo cerró los ojos, los volvió a abrir pero ya no estaba ella, su Amelia había desaparecido nuevamente

- ¿Dónde está? – gritó, el demonio y sus jugadas lo iban a volver loco

– sabes quién eres en realidad y el porqué de mi presencia – hablo el demonio esperando su respuesta

– si – hablo seguro, aunque omitiendo uno que otro detalle

– perfecto, entonces entiendes que tu jamás tenias deudas con Lucifer, yo siempre estuve cuidándote, nunca pensé en hacerte daño pero al ver que no recordabas quien eras tenía la misión de volverte a tu mundo….amo – sintió su cuerpo desfallecer, el no era un simple vampiro además de eso tenía que ser el propio Lucifer, ahora encajaba todo, sus poderes, la sed de sangre…. “yo Lucifer, quien lo habría dicho” – aparece – ordeno, era el momento de aclarar muchas cosas que desde un principio no tenían sentido para él.

Lo que observo lo dejo impactado, no todos los demonios tenían un aspecto grotesco, una imagen de una persona común y corriente era lo que tenia al frente de él “pero vampiro” se pregunto, jamás creyó posible, ser un vampiro-demonio, todo esto podía ser posible o únicamente….no entendía nada, algunas cosas ya estaban claras en su mente confusa

- ¿también eres vampiro? – pregunto, tenía que saber todo en poco tiempo

– si, tu nos diste esta oportunidad, para poder estar cerca de la humanidad……aunque tu eres el único que no puede cambiar de forma, en realidad eres un vampiro con los poderes necesarios para subsistir en la tierra, pero cuando deseas regresar al infierno no cambias pero tus poderes aumentan.