Nunca mejor dicho

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~EMMA~

Yo, en estos momentos parecía un extra de la serie de *Walking Dead*. Llegué al instituto gracias a los movimientos mecánicos de mis piernas. Mis ojeras creo que rozaban mis pies aunque no estaba segura y el sueño era tal que ni me miré en el espejo esta mañana. Ayer no pude dormir. Motivo: riesgo a que me dé hoy un ataque de nervios en cuanto vea a Peter.

Maldito pelirrojo.

Es mi amigo de toda mi vida. Fuimos a la guardería juntos, entramos a la vez al colegio, pasamos toda la infancia juntos, empezamos la secundaria juntos y lo más probable es que la acabemos juntos. ¿Y por qué ahora me siento atraída por él, despues de compartir toda una vida? Es incomprensible. Nadie lo entiende y yo menos.

Vamos a ver el chico es guapo, gracioso, amable... Pero, ¿por qué ahora? Ambos hemos tenido novios anteriormente y nunca me he puesto celosa con el par de chicas con las que ha salido y él tampoco ha dado señales de haberlo estado con el único novio que he tenido.

¡No lo entiendo! Mi cabeza va a explotar por culpa de toda esta confusión.

Entré por la puerta metálica y me adentré en el patio. De refilón vi a Sofi con las de su "manada". Seguro que la muy zorra no le dió ni las gracias a Iván. Apuesto lo que sea. Las de su tipo son iguales. Siempre tan maquilladas y ropas provocativas... Bueno no me apetece dedicarle ni un minuto más de mis sentimientos. Me dirigí hacia dentro del edificio y me fui a las escaleras, es donde siempre nos juntabamos. Allí solo estaba Mati, Tom, el chico tímido, y Max, el viciado a los videojuegos. Hablaban animadamente, por lo menos Max y Mati.

Suspiré de alivio cuando vi que no estaba Peter.

-Hey, chicos.-les saludé mientras avanzaba hacia ellos.

-Hola.-me saludaron al unísono Max y Mati. Tom unícamente hizo un movimiento de cabeza.

La verdad es que es un poco rarito. A ver, ya de por sí todos lo somos, pero él creo que el que más. Despues de toda mi secundaria, podía contar las conversaciones que hemos tenido con él con los dedos de una mano. No le culpo de que sea tímido, pero un poco más de comunicación no le hace mal a nadie, ¿no?

Me senté en la escalera y me uní a la conversación de mis amigos. Hablamos del fin de semana, pero omití la parte en la que sale Peter, ya que no me gusta ir contando esas cosas por ahí. La única que lo sabe es Carol y suficiente tengo con ella y sus sermones.

Después de cinco minutos platicando noté una mano que se deslizaba por mi cintura. En ese momento me sobresalté y salí disparada al suelo del vestíbulo. Me giré y me quedé petrificada cuando vi quien había sido.

-¡Peter! ¿Como se te ocurre darme un susto así?- le chillé con rabia.

Mati la muy cabrona se estaba riendo en mi cara. Y como no acompañada de Max. Y Tom... tan solo sonrío. La morena y Peter se miraron con complicidad. Maldita sea. Que calladita estaba Mati. Me vengaré.

Me crucé de brazos y me puse roja de ira. Unos de mis peores defectos es que las bromas me las tomo muy mal y muy a pecho. Es que odio las bromas. La gente normal pensará que soy una aburrida, pero a mí me parece infantil ir haciendo inocentadas por donde piso. Así es Peter. Por eso es casi imposible mi atracción por él. Somos dos polos opuestísimos.

Cuando ya cesaron las risas de todos mis amigos el pelirrojo se incorporó y se dirigió hacia a mí lentamente. Iba haciendo un pucherito de perro abandonado. Se cree listo si se cree que con eso yo le... Pero que carita más tierna. ¡Dios mío! Que ser vivo existente en la Tierre no se puede resistir por esa carita. Y esos ojitos verdes que brillan inocencia. Oh, mira ese gestito tan mono de los labios. Este chico es... ¡¿Pero que me está pasando?! Este chico me está volviendo loca.

Mi Romeo con acnéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora