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Harry no había dicho una sola palabra desde que Louis había terminado de hablar, no había reaccionado de ninguna manera, aunque se le habían empapado las mejillas sin darse cuenta. Dejó de pensar en la banda, en las entrevistas, en las vacaciones, incluso dejó de sentir los brazos de Louis a su alrededor, alertas, apretándole un poco más con cada sollozo, apoyándole sobre su pecho caliente sintiendo como le humedecía la camiseta con cada sollozo, cosa que no le importaba en absoluto.

Dejó de pensar en todo por su madre, en un accidente, en una ambulancia, de camino al hospital, y en una camilla posiblemente conectada a toda una maraña de cables de quién sabe qué, y él sólo era capaz de llorar en silencio, apenas emitiendo sonidos ahogados. Pero no había sido capaz de reaccionar, no como Louis esperaba al menos.

Sabía que no había escuchado todo, no sabía detalles, pero la cara de Louis y una llamada a las tantas le bastaba para creer que no había sido un "pequeño incidente". Louis tendría tiempo para hablar las cosas con calma con él, pero no quería, el menor era débil, y Louis prefería morir a verle tan angustiado.

Apretó la tela de la camiseta de Louis entre sus puños, y éste, que estaba en un estado intermitente, se incorporó un poco, haciendo que el menor se sentase en su regazo, todavía sin dejar de estar aprisionado por los brazos del mayor.

-Harry, duerme un poco, te haré una tila, ¿sí?- Susurraba, Harry estaba más relajado que hacía unas horas y no debía desperdiciar eso. Había parado de llorar, y Louis limpió los rastros de lágrimas antes de levantarse. Se metió en la cama arrastrando a un Harry agotado y somnoliento. Le besó en la frente y le acurrucó contra él, enredando sus piernas. Necesitaba que Harry le sintiera lo máximo posible, porque le necesitaba, y nunca antes había querido protegerle tanto como en esos momentos.

(...)

Llevaba apenas dos horas durmiendo cuando comenzó a moverse inquieto en la cama. Quería dejar durmiendo a Louis, pero estaba completamente pegado a él, y lejos de molestarle, disfrutó del momento como pudo. Respiró el aroma que éste emitía, suave y masculino, como a Harry le gustaba, tuvo ganas de llorar en cuanto se dio cuenta de que no necesitaba más que eso, y que ese hombre había estado despierto mientras él lloraba casi toda la noche.

Su madre. Necesitaba viajar, necesitaba verla. Pero no sabía nada, sólo lo sabían Jake y Louis y..

-Cariño, ¿te encuentras mejor?- Le dejó más espacio, pero Harry se rehusó poniéndose a su altura sin dejar la calidez que emanaba.

-Sí, creo que sí. Louis, necesito...necesito saber...

-Lo sé, pero no quiero que te pongas nervioso, ¿de acuerdo?- El rizado asintió, y Louis le dio un casto beso en los labios antes de continuar.

-Bien, Jake me llamó, él...quería hablar contigo, pero sabía por su tono de voz que no sería nada bueno como para desvelarte a esas horas, aunque sabía de antemano que me obligarías a contártelo de todas maneras. Él estaba muy nervioso, decía que le habían llamado de urgencia, del hospital San Isidro, comunicándole que una mujer que al parecer le conocía estaba ingresada y en quirófano.- Harry suspiró y soltó las pocas lágrimas que le quedaban, Louis le besó de nuevo prosiguiendo.- Cuando él llegó habían terminado, dejando a tu madre en la UCI, esperando a poder dejarla fuera de peligro en una habitación normal, él supuso que le habían llamado porque era uno de los contactos de emergencia de tu madre, incluyendo el tuyo y el mío.

-¿Mi hermana lo sabe? Es sólo una niña.

-No lo sé, supongo, tengo que llamar a Jake para preguntarle como va todo.

-Déjame llamarle.- Louis le soltó frunciendo el ceño.

-No, ni hablar.

-Louis, ¡es mi madre!- Se sentó en la cama.

Tuyo | LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora