-Sé que no esperabas verme hoy, o tal vez sí, ya no sé exactamente qué creer de las personas. Pero tú siempre te has sincerado conmigo, has tenido la f-firmeza de hablarme claro cuando hacía falta, nunca te has callado nada, con respecto a mí. Porque sé que aún te guardas algunos secretos, ¿verdad?- Rió con desgana y retiró la humedad de su mejilla mirando a la ventana, estaba entre abierta y comenzaba a anochecer.- He venido porque no sabía a dónde ir, porque a veces creo que no encajo en ningún sitio, y sabes mi manía de llevarle la contraria a todo y a todos. Han sido unas semanas muy difíciles, mi cumpleaños no ha sido lo mismo sin ti, mamá, y hay cosas que ni te creerías, pero no puedo contártelas todavía, primero tengo que verte sonreír otra vez, o reírte de las tonterías de Louis en alguna comida de esas en las que os metéis a hacer quién sabe qué en la cocina.- Sorbió y se tapó la boca con dos manos al darse cuenta de que estaba llorando, sintió como se rompía en pedazos y no podía creerlo.
Sabía que nadie le veía, había pedido privacidad y a esas horas era fácil tenerla.
Se secó la cara con la manga del jersey, y se acercó con la boca temblante hasta dejar un beso en su frente, y dejó otro en el dorso de su mano, parándose en la palidez que conservaba, le comentaron que era normal, y él ya se había acostumbrado.
-Tienes una familia que te necesita todavía, vuelve pronto, por favor.
Salió de la habitación del hospital para que los brazos de Lisa le acunaran plácidamente. Él realmente no sabía en qué punto del viaje había encontrado la confianza que necesitaba en ella, pero se había comportado casi como una madre con él, y empezaba a aceptar el cariño que ella le ofrecía sin contemplaciones.
Lloró en su hombro hasta que se dio cuenta de que era demasiado tarde ya para entretenerla de más.
-Pasa, te esperaré en la cafetería.- Le dedicó una media sonrisa y ella pareció sorprenderse.
-¿Se-seguro? Deberíamos ir a casa de tu madre, yo podría venir mañana temprano, o otro día tal vez...
-No, tienes que hacerlo ahora, y no tengas prisa, estaré bien.
-Vale. Si llama Liam...
-Yo me encargaré, no te preocupes, ve.- Lisa le acarició la mejilla y se apresuró dentro del cuarto después de hacerle jurar que no se movería de la cafetería.
Harry pidió café, la noche había caído del todo y desde la mesa contigua al gran ventanal que cubría la pared Este de la cafetería podían verse todo tipo de luces en el cielo. Al rizado le gustaba, le apasionaba eso, no conocía algo más brillante que el cielo natural de noche de su pueblo.
Vale sí, sí conocía algo más brillante.
Frunció el ceño y negó, con el móvil apagado entre las manos. Su hermana lo había visto marcharse esa mañana demasiado temprano como para irse a hacer deporte, ella sabía que se las apañaría bien, que volvería, pero que necesitaba huir. No le había preguntado a dónde, ni con quién, pero nunca había visto a su hermano,-con su tan tranquilo y diferente temperamento- marcharse de repente, sin un por qué, ella sabía que se había perdido algo, algo importante.
-Tsk, tsk, ricitos.- Una cabeza morena se asomó por su hombro, y dejó un beso en su pómulo con cuidado.
-No me lo puedo creer, tú otra vez.- Matt hizo resonar una carcajada y se sentó frente a él sonriendo socarrón. Harry decidió que no necesitaba más bronca en esa semana, así que suspiró y apoyó el peso de su cabeza en una mano.- Está bien, volveré a empezar, ¿qué haces aquí?
-Vaya, no me esperaba esa actitud, estás interesado por mi vida rizos.
Rodó los ojos y bebió de su café.- No hagas que me arrepienta de establecer una conversación contigo.
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Tuyo | LARRY STYLINSON
FanficHarry le pertenece a Louis de todas las maneras posibles.