9- Parte 2

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Louis

-¡¿Es que no ves por dónde vas?!- El aludido sacó la mano por la ventanilla y me mostró el dedo del medio. Pasó casi rozando el espejo de mi coche, ¿qué quería que hiciera?

Observé por el rabillo del ojo la media botella de vodka en el asiento del copiloto. Comenzaba a sentir el prominente efecto de la mitad que faltaba- la cual ingerí de camino al coche y viceversa- y las pocas luces de los faros de los coches que pasaban hacían que me picaran los ojos, al mismo tiempo que el sonido de mi móvil en mi bolsillo me martilleaba la cabeza lentamente.

Golpeé el volante con la palma de la mano, el único que sabía que nunca cogía el móvil conduciendo era él. Debía ser cualquier persona menos él.

Me obligué a ignorar el agolpamiento de situaciones que se pasaban por mi cabeza, y aletargué el momento de bajón de después de beber y gritarle a un par de idiotas mientras conducía, sabiendo perfectamente que era mi culpa por no haber sido capaz de quedarme en casa metido en la cama, tal vez mirando lo grande que se quedaba durante un par de horas hasta dormirme por inercia.

Pero decidí en su momento que era mejor idea salir medio borracho de casa y conducir en busca de algo que no me hiciera mirar con cara de perros a cualquier ser vivo que me dirigiera la palabra. Y sé de sobra quién es ese algo. Pero llevaba media hora conduciendo y no había vuelta atrás.

Paré en un lado del camino cuando dejé la autovía, asegurándome de no romper la puerta del coche al cerrarla cuando salí. Una punzada en la sien me avisó de que era mejor si no cogía de nuevo la botella de alcohol. Pero qué más me daba ya. Bebí tres tragos y, apoyándome en el capó contesté al móvil sin mirar quién llamaba.

-¿S-sí?

-Louis, gracias al cielo, ¿está mi hermano contigo?

-¿Q-quién narices eres? ¿Quién es tu hermano?

-Alex, Louis, tu cuñada, la que vive contigo, ¿estás borracho maldita sea?

-Un p-poco.- Bebí de nuevo, traté de enfocar la vista lo mejor que pude.

-Préstame atención, ¿me escuchas?

-Sí, habla, realmente no t-tengo toda la noc-che...

-¿Está Harry contigo? ¿Has hablado con él?- Algo se activó de pronto en mi cabeza.

-S-sabes que no. ¿Por qué?

-No te lo diré, te has marchado sin decir nada, sin pensar en qué podría pasar y encima bebido, mereces no saber una mierda de lo que pase o deje de pasar.- Golpeé la delantera del mini con el pie y comencé a arrepentirme de haberme marchado más que nunca.

-Joder Alex, habla, es Harry.- Apoyé el móvil en mi hombro y lo sujeté con mi oreja mientras dejaba la botella en el suelo. Encendí un cigarro con el ceño fruncido.

-Me llamó hace poco más de veinte minutos, deberías haberle escuchado, parecía que le daría un ataque, casi podría jurar que estaba llorando. Preguntaba por ti como si le fuera la vida en ello, porque no salieras de casa con el coche.- Quiero hacer como que me da igual, colgar, y seguir conduciendo hasta llegar a no sé dónde. Pero, ¿no es precisamente por que no me da igual que estoy conduciendo a estas horas hacia las afueras de Londres?

A quién voy a engañar además de a mí mismo.

-¿Q-qué narices significa eso? ¿Le dijiste tú antes que había salido?

-No. Él sólo me llamó exclusivamente para pedirme que lo comprobara, como si hubiese supuesto de repente que te habrías ido.

-No entiendo nada Alex, ¿sabes con quién está? ¿o dónde? Lo que sea-

Tuyo | LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora