-8-

26 1 2
                                    

Suspire una vez más. Esta ha sido la segunda decisión más difícil de mi vida, la primera fue cuando intentaba decidirme sobre si diarrea o vómito, es algo largo de contar, me quería enfermar y estaba buscando por internet como hacerlo.

Miré por última vez el celular y cerré los ojos, contesté la llamada y me acerqué el celular lentamente a la oreja, no dije nada, solo esperé a que Kaede hablara, no podía articular ninguna palabra. En ese momento mi estómago empezó a doler por los nervios, mierda y más mierda, lo típico sería que se me saliera un pedo, pero ¡No! Y menos hablando por teléfono.

¿Kou?... —preguntó Kaede preocupado.

—Eh... —no podía decir nada más, que idiota.

Kou, mira quiero que hablemos —suspira—. ¿Puedo ir a tu casa o prefieres en otro lugar?

¿¡Qué!? ¿Ahora debo verlo? No, esto no puede ser... ¿Cómo se supone que lo haga? No podré ni mirarlo a los ojos, mierda esto está peor que la muerte de Dumbledore en Harry Potter y el Príncipe Mestizo.

—Eh... b-bueno yo... —tartamudeé.

Por favor —suplicó.

—Está bien —dije resignado—. Pero en mi casa no, no quiero que mi abuela interrumpa.

No quiero que pase como la última vez, cuando conocí a Toru estábamos en un parque de diversiones, él se había lastimado una pierna y mis padres se ofrecieron a ayudarlo, lo llevaron a casa de mi abuela y ahí lo curaron, luego de eso lo llevé a mi habitación para que pudiera descansar un poco y comenzamos a hablar, mi abuela se atrevió a aparecer con un álbum de fotos de cuando era la "Albondiguita" —mierda de apodo— y le enseñó fotos mías desnudo e incluso cuando me bautizaron.

Luego le mostró otra donde tenía 5 años y bueno... me estaba comiendo un moco, para empeorar la situación el moco estaba viscoso y se notaba que era un maldito ¡Moco! Después de eso mi vida quedó marcada.

No tengo ningún problema con que vengas a la mía.

—B-bien... ¿Voy ya? —comencé a jalar mi cabello desesperado.

Si, te espero.

—De acuerdo, nos vemos —toqué mi pecho.

Nos vemos —dice para luego colgar.

Creo que en estos momentos debería comenzar a rezar, mi vida está en peligro ¡Ah mierda! ¿En qué carajos te has metido Koujaku? ¿En qué? Deberías ganarte un premio al más idiota de todos los tiempos.

Me levanté y guarde el pastel en su sitio, subí a mi habitación y lavé mis dientes, no creo que sea tan malo después de todo, es decir, ¿Qué me puede decir? ¿Qué lo olvidemos? Sería doloroso, pero es la mejor opción. Salí de casa apresurado dando grades zancadas, al parecer Toru se fue, creí que se quedaría a morir tal y como dijo.

 Comencé a acercarme al parque y eso quiero decir que ya falta poco, estúpidos pies ¡Vayan más lento! Me traicionan, sin darme cuenta me encontraba frente a su casa, suspiré y comencé a hacer un debate mental, definitivamente esto no está nada bien, prefiero ver el Titanic y deprimirme por un amor que ni siquiera existió ¡Maldita crueldad!

Me acerqué y toque el timbre, quería salir corriendo, ojalá y no estuviese. Antes de volver a tocar la puerta se abrió y apareció Kaede con una gran sonrisa en el rostro ¿Por qué mierdas tiene que sonreír? Joder... 

—Hola —se hace aun lado—. Vamos entra.

—S-si... —entré tal y como dijo.

—Bueno si vamos a hablar estaremos más cómodos en mi habitación —se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Quiero Amarte (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora