Quiero Amarte (Yaoi)

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Escuché el sonido de un teléfono, maldije por dentro y me separé mirando hacia atrás, Kaede se veía irritado y caminó hacia donde estaba, lo miró como si leyera algo, creo que tiene identificador de llamadas.

Contestó inmediatamente y me lanzó una mirada rápida indicándome que me quedara dentro de la habitación mientras él atendía la llamada, de repente su rostro cambió cuando comenzó a hablar, se veía molesto o enojado, pero tampoco me atrevería a preguntarle, no es de incumbencia. Caminé hacia la cama y me senté, solté un suspiro algo largo, sentía curiosidad y como soy sumamente impulsivo me levanté y me acerqué a la puerta.

Cualquiera diría que soy como esas típicas chismosas, pero no hay nadie así que da igual, pegué mi oído a la puerta y traté de prestar atención a lo que hablaba.  No distinguía muy bien las palabras, solo escuché un "dejame en paz", de seguro alguien debe estarle fastidiando.

Abrí un poco la puerta y lo vi colgar mientras maldecía, cerré sin hacer ruido y me fui directamente a la cama, me tiré en ella quedando boca abajo, mi corazón estaba latiendo fuerte, pero era más por lo que recién había escuchado, los nervios me estaban matando y ahora tenía dolor de estómago.

Escuché la puerta abrirse y me dio otro retorcijon, no quería que alguna imprudencia saliera de mi cuerpo en estos instantes así que me contuve lo mejor que pude. Cerré mis ojos y suspire para tratar de relajarme, me sobre salte un poco cuando unas manos pasaron por debajo de mi camisa acariciando mi piel suavemente provocando que temblara un poco.

—¿Qué te pasa? —susurró en mi oído con una voz algo ronca, por alguna razón me dio algo de miedo.

—N-nada... solo que me estaba doliendo el estómago —me quedé mirando hacia el frente con la intención de no tener que verlo a los ojos.

—¿Y ya no te duele? —sacó las manos y las llevó hacia los costados tomando así mis caderas y obligarme a ponerme de rodillas—. ¿Era aquí? —puso una en mi estómago y acarició suavemente.

—¿Q-qué rayos estás haciendo, tonto? —me sentía avergonzado por la pose que tenía, abrí mis ojos grande seguido de un leve gemido de sorpresa al sentir como pegaba mi trasero a su... miembro.

Solo escuché su risa, estaba algo raro, era como si quisiera hacerlo conmigo, pero más para desahogarse que para sentirme, podía notar ese ambiente tenso a pesar de que estaba haciendo todas esas cosas. Me quedé quieto cuando llevó ambas manos a mi pantalón y lo desabrochó, se levantó y se paró delante de la cama, cuando me di cuenta había jalado ya mis piernas para hacerme quedar acostado de nuevo.

—¡O-oye! Se más cuidadoso, tarado —me quejé, me había golpeado un poco las piernas con el borde de la cama, pero eso no impidió que él siguiera.

Se deshizo de mi pantalón tan rápido como se deshizo del suyo, no sé que tanto piensa, pero ahora me encontraba más nervioso, era claro que su actitud era inusual solo que mi mente estaba más concentrada en la situación. Me dio la vuelta para así mirarme a los ojos, esa sensación de estar indefenso me había llenado, no me gustaba mucho, pero Kaede no me hará daño, eso lo sé.

Se acercó a mí y sin decir nada procedió a quitarme la camisa de manera rápida, sus manos comenzaron a acariciar mi torso, se acercó a mi abdomen para dejar chupetones, eso hacía, marcar mi cuerpo sin llegar a besarlo o lamer. Ahora tenía miedo, era extraño, las cosas no estaban saliendo como me imaginaba, creí que sería de manera más romántica a pesar de que no soy fanático de esas cosas que aveces me dan pánico. Sin embargo, se trata de la persona a la que amo, se ve tan agobiado que no estoy seguro de si está pensando correctamente.