Capítulo 24: No sanctuary

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Sí, genial. Ahora estábamos encerrados en ese vagón en un lugar donde creíamos que era un "santuario", esos malditos locos iban a matarnos... o hacer algo mucho peor. Ver aquellos huesos desparramados en aquel pequeño patio me hizo pensar en lo peor, Rick había tenido la idea de crear armas con las cosas que manteníamos; algunos charlaban como el gran colorado, Sasha, Daryl, Maggie. Me quité el cinturón y con la llave del mismo hice un arma que lastimara, Rick cortaba un trozo de madera con la cadena del reloj de Glenn, todos hacíamos algo

—Ahí vienen cuatro de esos desgraciados— habló el arquero y Grimes dejó de cortar la madera

—Ya saben que hacer —comentó luego para que nos pongamos de pie y acercándonos a la puerta del vagón, habló de nuevo— primero a los ojos, luego a la garganta— todos estábamos esperando para atacar y escapar de allí, cuando alguien del otro lado comentó

—Pónganse de espaldas a las paredes de cualquier lado del vagón, ahora— Rick asintió a la señal de que estemos preparados, cuando abrieron una escotilla en el techo de este todos miramos hacia arriba pero alguien arrojó una bomba lacrimógena 

—¡Cuidado! —gritó el hombre de pantalones militares llevándose a algunos con él al suelo, comenzamos a toser y alguien abrió la puerta para llevarse a varios. De seguro presentaron pelea. Cuando el gas se disipó bastante y podíamos respirar notamos que no estaban Rick, Glenn, Daryl y Bob; se los habían llevado, entre los demás continuamos tratando de crear armas. Los nuevos rostros se habían presentado cuando aún estaban todos, el tipo colorado y de pantalones militares era Abraham Ford, la chica de coletas era Rosita Espinosa y el otro tipo de cabello largo y pantalones cortos era Eugene Porter y la última chica que mantenía el cabello corto a la altura de los hombros era Tara Chambler. A veces creía que los vivos eran mucho peor que los muertos, o a lo mejor y estaba en lo cierto... deberíamos cuidarnos de los vivos y no de los muertos, mientras a los demás los tenían en algún lugar que no sabíamos, se oyó una gran explosión de algo en el exterior— ¿Qué demonios esta pasando?— decía aquel hombre fornido de bigotes

—Alguien los atacó— comentó Michonne

—O tal vez nuestra gente se liberó— habló Sasha dando otra idea

—Disculpa— dijo aquel tipo raro pasando por entre Sasha y Tara, empujando a esta última para acercarse a la puerta y arrodillarse ante ella 

—¿Qué demonios estas haciendo?— peguntó la chica de coletas y este hombre raro habló muy rectamente

—Podría usar esto para vulnerar la puerta— mientras utilizaba un objeto algo raro para mi -por como se escucha, tal vez no habría quien abriera- 

—Eugene lo siento, pero cállate— lo regañó la jovencita de cabello corto

—Bueno— asintió el muchacho 

—Eh, mi padre regresará. Todos lo harán— habló Carl tranquilo

—Sí, lo harán y cuando lo hagan debemos estar listos para pelear con ellos y escapar— dijo Maggie

—Siempre hay una salida— dije positivamente al lado de Carl, luego continuamos con nuestras tareas de crear armas; se oía el gruñido de los walkers alrededor del vagón y solo pensaba como carajos salir de ahí... como sobrevivir a esta nueva situación. Me desesperaba estar encerrada en ese maldito lugar con walkers alrededor y lunáticos llevándose gente de mi grupo; con el fin de vaya uno a saber. Eugene no dejaba de tratar de abrir la puerta y Michonne le agregaba dos trozos de madera a la saya de su katana a lo que Sasha cuestiona

—¿Cuál es la cura, Eugene?

—Es clasificado— habló aquel hombre 

—No sabemos que va a suceder— comentó Michonne

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