Capítulo 48: Notice

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Estaba un poco asustada, no sabía que podría haber detrás de aquella puerta. Daryl me acompañó porque no quería que nada me sucediera, abrí la puerta de un solo empujón y ambos salimos pero rápidamente vimos huir a varias ardillas hacia los arboles del fondo 

—Te asustaste— habló el cazador con un tono de gracia

—Eso no es cierto— dije muy seria, luego me marché de allí hacia la cocina, a lo lejos oí como se reía de mi. Estando en aquella cocina revisé las alacenas y había algo de comida: cereales, enlatados, snacks y algunas golosinas; comeríamos algo y lo demás lo llevaríamos por si tardábamos más tiempo en volver. Llevé algo de esa comida en mis manos hacia la sala y luego me senté en el sofá a lo que rápidamente el arquero se sentó a mi lado 

—Vamos a cenar y luego a dormir así mañana salimos temprano— me informó mi compañero tomando algo de lo que había llevado

—¿Todo va bien?— le pregunté ya que lo vi un poco preocupado 

—Sí, solo pensaba en Carol— respondió con una pequeña sonrisa, mientras cenábamos mantuvimos una charla amena y agradable 

—Te veo muy feliz, a tu modo, cuando estas al lado de Carol— hablé antes de comer

—Ella es todo lo que he buscado en mi vida siempre— habló muy enamorado, sonreí al verlo de esa manera

—Desde que te conocí, vi que eras especial y que ambos eran como el alma gemela del otro que tanto buscaron, tanto ella como tu— comenté viéndolo, luego bostecé

—Descansemos, mañana será un día muy largo— comentó y se echó en el otro sofá que había un poco más lejos, me acomodé mejor y el siguiente acto fue dormirme.
Temprano al día siguiente cogimos todo lo nuestro más las nuevas provisiones que encontramos, salimos de aquella casa y continuamos por la calle principal mientras charlábamos  

—¿Te imaginas una familia grande con Carol?— pregunté observando el camino que aún faltaba hacer

—Me gustaría tener varios niños con ella, solo debería preguntarle a ella. ¿Tú?— me habló apuntando hacia la calle ya que estábamos en una intersección, todo estaba muy despejado entonces respondí

—Apenas tengo 22 años, no quiero tener hijos por el momento. Aparte eso de casarme, ser feliz, tener muchos hijos, una casa, un perro y un buen empleo formaba parte de mis sueños de pequeña. En este mundo muchas de esas cosas no las puede tener.

—Pero tienes un anillo en tu dedo, eso simboliza que alguno de esos sueños tendrás— comentó señalando el anillo de compromiso en mi dedo

—Supongo que podría al menos pensar en casarme, el amor lo cambia todo— comenté y reí un poco; uno de los niños de la escuela había creado un tipo de calendario y al menos sabíamos algunos cumpleaños, aunque ellos se ayudaron con las estaciones del año. Verano en julio, invierno en diciembre así al menos pude saber que ya tenía 22 años; habían pasado más de dos años, para ser exactos tres años y medio, desde que todo se convirtió en el caos que era y a la fuerza tuvimos que aprender a sobrevivir, me había quedado un rato en silencio pensando eso porque Daryl me hizo volver a la realidad

—Los cuentos de hadas no existieron nunca, ni hoy ni en aquel viejo mundo— habló y volví a prestar atención en el camino y en toda la ciudad ya que era sospechoso que no haya nadie en el pueblo. Pronto llegamos a un edificio bastante alto, el arquero me hizo una seña de que entráramos en el lugar para revisar; en silencio caminé hacia la entrada mientras que Dixon me cubría las espaldas. El hall estaba despejado me dirigí al primer piso y la primer puerta abierta era una oficina en la cual solo había papeles desparramados en el suelo, las sillas estaban todas dadas vuelta en el suelo y no había nada que nos sirviera

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