Capítulo 5

767 128 7
                                    


Frank soltó un pesado suspiro y apagó el motor del vehículo, llevándose la distracción que era la música con ello. Abandonó su asiento prácticamente arrastrándose fuera e intentando evitar hacer contacto visual, comenzó a avanzar al interior del cementerio. Cada vez que lo visitaba después de haber sepultado a Gerard le parecía más grande, más horrible. Sus pies iban pateando la gravilla a medida que avanzaba por el camino principal y luego de tomar un leve desvío llegó hasta él. La tumba lucía bastante decente ahora que la tierra había bajado y había sido eficazmente construida. Frank había pedido que lo hicieran con mármol blanco, pequeña, sólo para dos personas. Pero su suegra había escogido la lápida para Gerard, y ahora junto a los números y el nombre de su amado tenía que soportar leer un lastimero versículo de la biblia.

— Hola amor —dijo tomando asiento en el borde. Una de sus manos fue a acariciar el mármol y la otra se dedicó a desojar una rosa seca que descansaba junto a sus hermanas en uno de los floreros también de mármol sobre la tumba. Gerard no respondió, aunque era bastante obvio que no iba a hacerlo.

Muy en contra de las reglas del recinto decidió sacar un cigarrillo y encenderlo, realmente sentía que necesitaba aquello. Cerró sus ojos unos momentos y luego de dejar ir una tercera bocanada de humo pensó que era bueno seguir hablando con él.

— Hace unos días me dijeron que me diera una vuelta por la estación de policía y decidí que hoy era un buen día para hacerlo, de hecho, vengo de allá. Pero no me fue tan bien como creí que sería —suspiró, esperó a que el humo comenzara a molestar en su garganta antes de dejarlo ir—. Sucede que... los días pasan y la investigación no evoluciona nada. Han investigado a todos... incluso yo tuve que declarar, ¿sabes? Pero no tienen nada y... el Detective Barakat dijo que muy posiblemente tendrán que cerrar el caso porque no creen que vayan a encontrar nada. Quieren dejarlo así, ¿puedes creerlo? Les da igual encontrar a tu asesino, Gerard... Y... creo que si ellos no lo hacen yo voy a investigar. Tengo algo en casa pero tampoco he logrado nada, pero... quizás deba seguir tus pasos. Ellos fueron al bar, pero no encontraron nada. ¿Crees que yo encuentre algo?

Inspiró pesadamente y finalmente apagó el cigarrillo contra el mármol de la tumba antes de encender otro. Miró a su alrededor, pero eran mínimas las personas que habían y claramente no estaban interesadas en él. Le dio una larga calada al cigarrillo y luego de botar el humo volvió a hablar. Su voz sonaba tan triste que estaba realmente sorprendido de no estar llorando, aunque quizás sus ojos simplemente se habían secado luego de llorar tanto.

— ¿Por qué fuiste a Abbey's, Gerard? —Suspiró— ¿Por qué justo esa noche? Siempre nos burlábamos de los idiotas que iban a beber ahí... es un local de mierda que huele a mierda, ¿por qué estabas ahí? ¿Te metiste en problemas? ¿Con quién hablaste? ¿Por qué alguien decidió que tenía que matarte? Es que no entiendo... tú nunca te metiste en problemas, tú... tú eras tan perfecto. Odio que esto esté pasando, odio que sea culpa mía... tú sólo querías tener una familia conmigo y yo... por Dios, soy el desagradecido más grande que existe. Sólo querías tener una familia y yo lo arruiné todo, hice que murieras, Gerard...

El llanto no tardó en llegar, era imposible no llorar. El cigarrillo había dejado de funcionar así que a medio consumir decidió aplastarlo contra la base de cerámica de la tumba de su amor. Dejó que las lágrimas fluyeran libremente por sus mejillas, ni siquiera intentó enjugarlas porque era imposible hacerlo y porque estaba bien llorar un poco más.

— Deberías... deberías haber ido a casa de tus padres. Deberías haberme despellejado con Mikey, ambos bebiendo una cerveza mientras hablaban de lo estúpido que soy y luego... luego te habrías ido a dormir en tu antigua habitación y a la mañana siguiente Mikey me hubiese llamado para que fuese a por ti y yo... yo lo pensé toda la noche y estaba dispuesto a decir que sí, así que habría dicho que sí y nos hubiésemos ido felices a casa, o quizás habríamos ido a desayunar a alguna cafetería y luego... habríamos seguido juntos, como siempre debió haber sido... Te amo tanto, Gerard. Yo realmente no quise decir todo lo que dije, yo... yo sólo... soy un estúpido, soy tú estúpido... y te necesito tanto. Te extraño tanto... nada tiene sentido, ¿sabes? Todo es un espiral descendente y siento que pronto llegaré al fondo y... tengo miedo, Gee. Tengo tanto miedo... nunca imaginé siquiera un mundo en el que no estuvieras y ahora estoy en él y no sé qué demonios hacer, amor mío. No sé qué debo hacer.

the hunt ・ frerardWhere stories live. Discover now