Capítulo 13

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Tuvo que detenerse en un callejón a pocas calles de la casa de Baker porque las lágrimas no lo dejaban seguir. Sentía que su estómago daba vueltas y aunque en parte era porque llevaba días sin comer, el saber que quien había sido su mejor amigo era el culpable de todo lo que estaba pasando. Él le había arrebatado a Gerard. Era impensable. Golpeó sus manos contra el volante hasta que la acción perdió sentido, y luego golpeó también su cabeza como si de ese modo fuese a quitarse los recuerdos de la cabeza. Hubiese preferido no saberlo nunca. La ignorancia era muchísimo mejor.

Quizás fueron los golpes en la cabeza o sincero cansancio, pero no se dio cuenta cuando sus ojos se cerraron y resguardado al interior de su auto se quedó profundamente dormido hasta que el calor se hizo insoportable al interior y el sol comenzó a golpear su rostro. Se sentía más cansado que antes, pero eso realmente no importaba en ese momento. Encendió el motor, y antes de tener oportunidad de poner marcha en reversa escuchó varias sirenas de policía a lo lejos. Se quedó unos instantes más, con el corazón en la mano, pero ninguna se detuvo, todas siguieron su rumbo hasta el hogar de los Baker y él pudo tranquilamente seguir su procesión hasta el último destino. No era demasiado lejos, y el conocer a la perfección la ubicación del lugar lo hacía todo más difícil.

O quizás era porque se trataba del último destino.

Condujo en silencio durante los tres minutos y medio que lo separaban de Bob. Eran cerca de las ocho de la mañana y todo estaba en calma a excepción de una que otra persona que ensimismada caminaba por las calles, hasta los otros conductores parecían tranquilos. A excepción de uno. Estaba doblando para entrar a la calle en donde vivían los Bryar cuando vio un negro Chevrolet Camaro acercarse a toda velocidad hacia él. Y cuando pasó a su lado vio que se trataba del mismísimo Bob. Las llantas chirrearon cuando decidió girar en la dirección contraria y acelerando salió detrás de él. Era un auto nuevo, pero no era tan veloz como el suyo y sin siquiera esforzarse tanto logró acercarse lo suficiente como para darle un brusco impacto por detrás. Se detuvo a tiempo y vio de manera bastante obvia como el conductor perdía el control hasta estrellarse con un semáforo pocos metros más adelante. No intentó seguir con su escape y pronto Frank estuvo a su lado. Cuando miró hacia el auto contrario descubrió que la cabeza de Bob estaba reposada contra el volante. Parecía inconsciente.

Frank suspiró. Le estaba dejando las cosas demasiado simples.

Descubrió que Bob comenzó a despertar cuando estaba ingeniándoselas para arrastrarlo dentro de la cabaña en Englewood, ya había roto las cintas de seguridad y estaba dentro del perímetro de la casa, pero era difícil avanzar con alguien que era mucho más grande y pesado que él a rastras. Se detuvo para que Bryar echara un vistazo y luego siguió su tarea hasta que el piso de madera estuvo bajo sus pies y pudo cerrar la puerta a sus espaldas. Dentro todo estaba oscuro, era escasa la luz natural que se colaba al interior. Pero no necesitaban demasiada iluminación de todos modos. Lo dejó abandonado sobre el suelo y se apartó para explorar. La puerta lateral estaba abierta ahora, y en la habitación mucho más pequeña al costado encontró varios metros de áspera cuerda que visiblemente había sido usada con anterioridad. Usó su encendedor para cortar un generoso pedazo de cuerda, y luego regresó a la habitación principal.

Bryar estaba arrastrándose en dirección a una pared.

Frank lo ignoró, todavía estaba demasiado mareado como para resultar ser un peligro para él. Con esfuerzo movió la máquina congeladora que tenía un pequeño cartel que rezaba "evidencia" encima hasta la mitad de la habitación, en donde las vigas del techo se encontraban. Se subió encima y se estiró para pasar la cuerda por encima de las vigas.

the hunt ・ frerardWhere stories live. Discover now