- Vuelve aquí, revoltoso.- dijo Caleb a un niño de tez clara, ojos grandes dorados y de cabello corto cobrizo oscuro.
Diana estaba con una niña que peinaba y le ponía un lindo lazo en la coleta, el pelo dorado y ojos verde esmeralda y tez clara.
- Anda pequeños vamos que llegaríamos tarde a vuestro cuarto cumpleaños.
Encaminaron por el sendero que había hasta llegar a un lugar, con flores llamativas, decoración igualada, ya que los hijos de Caleb y Diana eran muy igualitos pero que se les diferenciaban por ser uno chico y otra chica, al variar a veces sus gustos, el pastel tuvieron que hacer uno para cada uno. Adelaide y Eliot estaba ahí con sus tres chiquillos, uno era rubio y tenía los ojos cristalinos como su madre, la segunda tenia los cabellos revoltosos y parecía un león sus cabellos cobrizo oscuro, sus ojos cristalinos, el tercero tenía entremezclado el pelo marrón y rubio y su color de ojos era malva, los tres chiquillos tenían la misma tez la de su madre.
Miraba como jugaban se divertían un montón, al verdad me sentía feliz por a ver creado una familia y sabía perfectamente que mi madre estaba feliz por mi por a verme casado con mi gran amor, sentía enormes ganas de ir a por mis hijos y abrazarlos y darle miL besos. Caleb me abrazaba y yo le miraba como estaba de atento mirando a los niños. Me encantaba verlo así, habíamos disminuido nuestras horas de trabajo para estar más atentos a los niños, sus nombres eran Ágatha y Neilos.
Los nombres de los hijos de Ade y Eliot eran Arturo, Flora y Antu.
Todos éramos felices con nuestros hijos éramos una familia unida al fin y al cabo y no quería que alguien rompiese esa unión tan feliz.
ESTÁS LEYENDO
Sólo aúlla por ti ©
Romanceya ha pasado trece años desde que se marchó Caleb de la vida de Diana sin que supiera la razón Diana ahora ella un poco apenada porque se marchó de su vida sigue adelante sin saber que su hombre le sigue esperando y cada noche ella al bosque y aúlla...