Ya ha pasado un mes desde que Peridot, fusionada con Jasper, fue vencida. Las Gemas de Cristal volvían a estar operativas; incluso contaban con la ayuda de Lapis.
Todo volvía a la normalidad. Todo volvía a estar bien.
Pero una nueva amenaza permanec...
Steven y Connie permanecían de pie en la puerta delante de Onyx, que seguía bajo la forma de Lapis. Todos se asombraron al encontrarse allí. La sala en la que estaba Onyx era muy grande, además de circular. El color de las paredes y el suelo era de un tomo verdoso. El techo estaba formado por una cristalera verde claro, que dejaba ver el cielo. El suelo tenía unos grabados circulares, como si se tratara de un mapa estelar. Por la mitad del lago del suelo había unas escaleras ascendientes a cada lado, de unos diez escalones, que llevaban a una zona más elevada con una especie de atrio con forma de persona aguantando una burbuja negra llena de distintas figuras de colores. La zona debajo del suelo de la elevación era una pared.
Onyx sonrió. El laberinto obedecía su voluntad. Ella era la creadora, dueña y controladora de aquel lugar. Solo los había conducido ahí, a su sala especial, para terminar un asunto que tenía pendiente con Steven.
Onyx: Pero no os quedéis ahí parados. Pasad. Debéis de estar muy cansados.
Unos sillones y una mesita de café, con dos tazas de algo humeante, salieron del suelo. La pared debajo de la elevación se convirtió en una chimenea con un fuego ya encendido. Onyx se sentó en el sillón que estaba de espaldas a la chimenea. Connie se sentó en el que estaba más a la derecha, que era el que más cerca estaba de una de las escaleras. Steven se sentó en el sillón que sobraba. Los dos jóvenes cogieron una taza cada uno y le dieron un sorbo. Se trataba de un exquisito chocolate caliente, al punto de temperatura perfecta para cada uno.
Onyx: Connie, ¿te apetecería leer algo? Tengo que hablar con Steven
Connie miró a Steven para que le diera alguna señal de negación o de afirmación. Steven subió los hombros, expresándose en un "no sé".
Connie: No estaría mal. ¿Cuales tienes?
Onyx: Todos los que quieras.
Onyx dio dos palmadas y las paredes, excepto la de la chimenea, se convirtieron en estanterías repletas de libros. A Connie casi se le salieron los ojos de ver tantos libros en un solo lugar. Perecía que había más que en una biblioteca. Connie se levantó. En ningún momento Connie dejó su espada, y no lo haría de momento. El sillón desapareció en el suelo en cuanto se levantó.
Onyx sonrió al ver a Connie ir a por los libros. Miró a Steven.
Onyx: Bien, Steven... ¿Has pensado mi oferta de ser mi alumno?
Steven: Onyx... yo no quiero ser tu alumno... Yo... yo no quiero dejar a las Crystal Gems. Tú te ves tan segura de querer ir al HomeWorld. Entiendo que tu sitio esté allí... Pero el mío está aquí...
Onyx se levantó y se arrodilló delante de Steven. Nada más arrodillarse, la mesilla de café y los sillones desaparecieron. Steven cayó de culo al suelo y se levanto rápido. Onyx seguía de rodillas. Tenía lágrimas en los ojos. En un instante, Steven vivió un deja vú. Sentía como si Onyx estuviera repitiendo la misma historia que Lapis. Atrapada en un sitio del cual no podía escapar. Liberada por Steven. Desaparición de la gema. Ataca a sus amigas. Y pone fin a todo en una construcción suya. A lo mejor por eso a Onyx le gustaba más la forma de Lapis. Se sentía reconocida por ella. Steven miró a Onyx. Él había sido capaz de liberar a Lapis de sus cadenas, de darla un nuevo hogar, un nuevo comienzo. Steven se acordó de cuando dijo que las gemas no deberían combatir otras gemas. Se arrodilló y abrazó a Onyx. Steven la perdonaba por todo lo que había hecho. Él solo quería ayudarla ahora.
Connie vio la escena desde el pie de las escaleras y un plan se trazó en su mente. Podía aprovechar el despiste de Onyx para atacarla por la espalda. Podía subirse a la elevación y saltar desde allí y clavarle la espada en la primera zona que pillase. Connie llevó a acabo su plan. Se subió a la elevación. Antes de saltar, vio la burbuja negra y reconoció las figuras de colores. Eran las gemas de las Crystal Gems. Connie experimentó un deseo de venganza. Las Crystal Gems eran como su familia. Connie se armó de valor, agarró bien la espada y saltó.
Steven y Onyx se separaron en el momento en el que Connie saltaba. Onyx se giró y agarró a Connie por el cuello de la camiseta.
Onyx: ¿Qué crees que estás haciendo?
Steven tenía que intervenir o su amiga acabaría muy mal. Steven se puso a pensar, mirando a todos los lados, buscando algo qué usar contra Onyx, hasta que dio con la gema de Lapis. Se acordó lo que dijo Perla sobre las habilidades de Onyx. Onyx estaba fusionada con una gema, con lo que su gema estaba arraigada en la de Lapis. Y la gema que mostraba Onyx en su espalda estaba rota. También se acordó de que Perla le dijo que cuando su gema se rompió, también se empezó a corromper y volverse una enemiga. Si arreglaba su gema...
Steven se chupó su mano derecha, listo para usar su saliva sanadora. Steven corrió y puso su mano con su saliva en la gema de Onyx. La gema se puso muy tensa de repente. Soltó a Connie. Su gema empezó a brillar y Onyx se metamorfoseó en una gema que no conocía. Steven y Connie supusieron que se trataba de la verdadera forma de Onyx. La gema miró a Steven.
Onyx: Steven, gracias. Ahora... lo veo todo más claro.
La sala empezó a temblar muy fuerte y varias grietas aparecieron en las paredes. Onyx se alarmó. Corrió y cogió la burbuja negra. Se la dio a Steven, metiendo en ella la gema de Lapis antes.
Steven: Onyx, ¿qué está pasando?
Onyx: Este laberinto funcionaba por mi odio y rencor. Pero al arreglar mi gema, todo eso ha desaparecido, y no es autosuficiente para mantenerse en pie. Tenéis que salir de aquí de inmediato.
Onyx sacó un cañón negro del suelo.
Onyx: Meteos aquí y seréis llevados de vuelta al templo.
Steven: No nos iremos sin ti.
Onyx: Yo ya estoy acabada. Además, he de ocuparme de estas dos.
Abrió la palma de una mano y en ella tenía las gemas de Jasper y Peridot. Onyx cogió a Steven y Connie y los metió en el cañón. Onyx lo puso en el ángulo perfecto. Rompió la cristalera y esperó a que se accionara y disparara a los muchachos. Cuando solo quedaba un segundo, Steven cogió de la muñeca a Onyx, que salió disparada con ellos. Los tres vieron en el aire cómo el laberinto se rompía y se volvía a hundir en el océano para siempre.
--------------------------- Aquí os dejo la forma original de Onyx (la gema la tiene en el cuello por detrás):
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