Capítulo 5.-

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Lavado Cerebral

Miércoles. Tarde de nuevo, mal día de nuevo.

Mientras esperaba al autobús recordé lo ocurrido anoche.

Samuel no respondió mi correo nunca, al contrario, mandó a mi hermana a insultarme pues había entrado furiosa a mi habitación.

*flashback*

-¿Cómo te atreves a tratar a Sam así? Sólo le estaba ayudando, sabes que tiene problemas de aprendizaje. -¿Problemas de aprendizaje? Pfff qué ridículo.

-¿Ah sí? Pues yo lo vi muy cuerdo a la hora de aprovecharse de ti y a ti muy tonta por dejarte, creo que los papeles se invirtieron.

-Ahora me insultas, lo que me faltaba, que mi propio hermano me insulte porque le tiene envidia a mi novio que es más inteligente.

-¿Qué estupideces estás diciendo Sara? No sabes lo que dices, ¡Deja de ser tan tonta y date cuenta de que te está usando!

-A mi no me tratas así, soy mayor que tú.

-¿Y eso qué demonios import...

-¿Qué está pasando aquí? Su escándalo se escucha hasta la cocina. -Mamá había venido a detenernos, menos mal que llegó o hubiera estampado a mi hermana contra la pared.

-Nada, que tu hija está saliendo con un idiota que la está usando.

-¿A quién llamas idiota? Aquí el único idiota eres tú.

-Heey, ¡Esa boca! Los dos comportense y ¿cómo que estás saliendo con alguien, Sara? ¿por qué yo no sé nada al respecto?

-Está saliendo con Samuel De Luque.

-¿Samuel? ¿El mismo con el que tuviste problemas el año pasado?

-Ese mismo inútil.

-¡Deja de insultarlo!

-¡YA DEJEN DE PELEAR! Sara tienes prohibido salir con él y lo sabes, lo que le hizo a tu hermano no estuvo nada bien.

-Pero si ahora Guillermo y él son amigos, incluso están haciendo un trabajo juntos. -Esta me la iba a pagar muy caro.

-¿Eso es cierto Guille?

-¡Por supuesto que no! Vamos en la misma clase y eso es todo, jamás sería amigo de alguien como él.

-Sara, te he dicho que detesto que me mientas, estás castigada un mes y quiero que termines con ese muchacho hoy mismo. -Bendito karma.

-Pero ha cambiado, es una persona diferente, se dio cuenta de su error. Por favor mamá, déjame demostrarte que es un buen chico. -Estoy más que harto del cuento de los cambios ¡Búscate otro pretexto!

-Entonces quiero comprobar eso con mis propios ojos. Invitalo a cenar el sábado por tu cumpleaños, veremos si lo que dices es cierto. -¿Acaso mi madre estaba loca? Demasiado tengo con tener que soportarlo en clase.

-¿En serio mamá? ¿le vas a dar una oportunidad a ese aprovechado?

-Sólo una. Después de todo prometió portarse bien ¿no? -También estoy harto de que me recuerden su tonta promesa, ni siquiera la está cumpliendo.

-Gracias gracias gracias mamá, no te fallaremos. -Detesto que siempre se salga con la suya.

-Eso espero. Ahora bajen a cenar los dos o adiós a tu oportunidad.

Mamá y Sara salieron de mi habitación. Esa noche me di cuenta de que no sólo había perdido a mi hermana, también mi madre se estaba tragando el cuento del niño bueno.

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