Las razones por las que odio a Samuel.
Lunes por la tarde.
Como era costumbre en la escuela, el primer día no sólo iniciaba con clases, sino también con el torneo de fútbol interescolar.
Frank y Alex me habían estado mandando mensajes toda la tarde para que asistiera al tonto partido. Su argumento no era más que un chantaje, pues por lo que estaba escrito en el grupo de WhatsApp, de no hacerlo sería un mal amigo y terminarían por dejarme e irse con Samuel y Rubén a beber cervezas después de derrotar a los de la Preparatoria del Sur, cosa que era evidente que no pasaría y menos si el poco tiempo que tenían para entrenar lo habían malgastado en montarse encima del engreído capitán. Para mi desgracia, mis amigos no eran los únicos que me estaban insistiendo.
Sara había prometido lavar toda mi ropa durante un mes si la acompañaba ya que nuestros padres no dejarían ir sola a una dama a esa clase de eventos donde había testosterona en erupción por todos lados.
Era la quinta vez que mi hermana entraba a mi habitación sin permiso y se ponía enfrente de la pantalla para evitar que siguiera jugando al CoD y le prestara atención a su propia lista de razones por las cuales debíamos asistir a dicha reunión.
-Tú qué sabes Guille, puede que encuentres al amor de tu vida entre las porristas. -Decía mientras se delineaba los labios con cacao rojo.
-Ya te dije, tengo cosas más importantes que hacer.
-Supongo que entre ellas estará follarte al mando de la consola, ¡Deja de sujetarlo tan fuerte! ¡Los zombis no existen! -Su cara había quedado a dos centímetros de la mía mientras me señalaba con el índice.
-Claro que existen y están en las canchas de la escuela "entrenando" para un estúpido partido que apuesto que perderán. -No hace falta señalar que remarqué exageradamente las comillas con mis dedos.
-Por favor hermano, ¿qué más quieres que agregue a la lista? Estoy dispuesta a hacer tu tarea de álgebra y sacar a pasear a Pedrin si así lo quieres.
-Hmm, eso suena interesante... ¿Un mes de limpiar cacas también puede ser incluido?-Adoraba a mi pequeño amigo, pero sus sorpresitas eran algo asqueroso.
-Está bien, las cacas corren por mi cuenta. -Y con eso me había ganado, además, ¿qué tan malo podía ser burlarme de Samuel y otra derrota para su patético equipo? Iba a ser una tarde muy interesante.
[...]
Al llegar al campo, Sara salió corriendo, cual cucaracha al encender la luz en un cuarto oscuro, cuando encontró a sus descerebradas amigas entre la multitud. Solo de nuevo, eso solo podía significar una cosa. Mi lista incluiría más puntos.
Después de comprarme un perrito caliente y un refresco de cola, procedí a sentarme en las gradas aledañas al gran campo.
Era un lugar muy bonito para ser ocupado para tonterías como esas. Había árboles y el clima era bastante agradable. La mano del hombre arruinandolo todo como siempre.
Mientras devoraba mi perrito, logré visualizar a Samuel corriendo por el perímetro del lugar y detrás, a mis dos amigos con las camisetas sudadas y parándose a respirar cada seis pasos. Se notaba quien tenía una actividad física activa y quien estaba ahí solo por ganar seguidores en Instagram. Evidentemente, los del buen rendimiento eran los del equipo contrario, mientras que mis compañeros habían incrementado su número de followers de cincuenta a cincuenta y cuatro en una semana.
El comentarista había dado la indicación a todos de tomar asiento pues el partido iba a comenzar pronto. Los jugadores tomaron sus lugares en la cancha y al sonar el silbato del árbitro los chicos en pantalones cortos comenzaron a correr detrás del balón, como zombis buscando carne humana.
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777 Razones
FanfikceÉl me llama Señor del Mal. Yo lo llamo idiota. Él es popular. Yo sólo quiero dormir. Él lo tiene todo, incluso a mi hermana. Yo respiro, pero él me hace querer dejar de hacerlo. Su nombre se encuentra en ''El libro de las mil razones''. Él es el pro...