La Granja de Lay 🐔 (exo/Fanfic)

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Finalmente, llegamos a un acuerdo con Kyungsoo y Jongin, ellos podrían venir a hacer sus cositas pervertidas al granero los fines de semana, de 12 de la noche en adelante, luego Baekhyun y Chanyeol vinieron a reservar lugar para los días de semana, mi granero se estaba convirtiendo en un motel barato.

¿Pero que más podía hacer yo? Lo menos que podía hacer era comprender a esos hormonales, si sus familias se enteraban de que salían entre ellos los iban a mandar a un escuela de monaguillos, ¡y ay que sentiría una profunda lástima por ellos!

Pero habiendo accedido a sus ruegos maricones aquella vez después de lo sucedido con Jongin y Kyungsoo, accedí. Eso sí, yo también había establecido mis condiciones, muejeje... La principal de todas era que al terminar la preparatoria, ¡todos nos largaríamos de ese pueblito provocador de bostezos! Y ellos pagarían el alquiler en algún apartamento que consiguiéramos para todos.

Ni que decir que Chanyeol y Baekhyun estaban más que de acuerdo, esos dos no veían la hora de salir corriendo de Yehorat apenas comenzaran la universidad, no les importaba si sus padres los desheredaban o los dejaban de considerar sus hijos. Ellos dos se amaban y querían una vida en paz, sin prejuicios, disfrutando de la adolescencia o lo que le quedara de ella en la vida universitaria.

Sehun y yo también lo teníamos bien planeadito hace muuucho tiempo, así bien muuuu, como de vaca.

En cuanto a Luhan, aún estaba en veremos. El carita de ángel era bastante seriecito y sus padres también eran unos santurrones de mente cerrada, pero se veía que Luhan era determinado, cuando realmente quería algo, iba con todo por ello sin importarle la opinión ajena. Lo hubiesen visto nomás en la escuela, se la pasaba de la mano con Sehun orgulloso de la vida. Si sus padres no se enteraron aún, en algún momento van a hacerlo y eso le servirá para decidirse a ese querubín de una buena vez, ¡no puede tener a mi Sehunnie aguantándose!

De momento, me embargaba la felicidad de saber que habían más chicos como Sehun y yo, pese a que siempre nos tuvimos el uno al otro, creíamos que nunca nadie se nos iba a acercar, ni tampoco que conoceríamos a más homosexuales en este horrendo pueblo.

Ciertamente irse a vivir de a dos a Seúl, podía ser realmente muy complicado. No tendría vaquitas que me dieran leche, ni gallinas que pusieran huevos, ni pollitos que comer cada tanto. ¡Tendría que comprar absolutamente todo! ¿Y qué pasaba si conseguíamos trabajo pero luego nos echaban a alguno de los dos? No podríamos volver a este pueblo horrendo a pedir ayuda, aunque mis abuelos y la mamá de Sehun estarían más que dispuestos. ¡Pero no! Si nos íbamos a mudar, teníamos que hacerlo responsablemente, y si nos mudábamos de a varios, los gastos se verían reducidos en el bolsillo de cada uno. Lo mismo si alguno perdía el trabajo o debía concentrarse en sus estudios, podríamos ayudarnos mutuamente.

Lo mejor era lograr un buen compañerismo.

Aunque no todo era color de rosas, Chanyeol y Baekhyun sí habían aceptado, pero Kyungsoo era un niño muy inseguro aún. Jongin estaba dispuesto a darlo todo sí Kyungsoo decía que sí, además Jongin de por sí, no se llevaba bien con su familia, siempre tuvo discusiones con sus padres, y éstos según los rumores también solían ser bastante disfuncionales. Eran los típicos que cuando los conoces: todo es amor y sonrisas, pero bajo el techo, los insultos y violencia surgían más frecuente de lo imaginado.

Esa noche habían acabado en mi granero porque Jongin había seducido a Kyungsoo y aquella vez, el niño de ojos bolita no pudo resistirse. Sí que lo quería, pero él también amaba mucho a su familia y sentía miedo de los planes que teníamos para nuestro futuro.

Tenía miedo del rechazo de sus padres; los padres de Kyungsoo eran muy amorosos y sobreprotectores. El bajito si estaba entre la espada y la pared. Sus padres le tenían el futuro planeado. Heredar la inmobiliaria del pueblo, que le había pertenecido también a sus abuelos. Él lo aceptaba porque nunca nadie le hizo ver más opciones de lo que podría ser en su futuro, y no era como si no estuviera orgulloso de sus padres. Ellos eran una familia muy bien acomodada, que conocían al alcalde, el padre del mocoso Junmyeon. Acudían a la iglesia cada domingo y siempre eran el ejemplo del pueblo.