Un chico poco convencional <actualizado>

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Nico.

¿Que que se siente ser transexual? No lo sé, ¿Que se siente no serlo? Me gustaría saberlo, pues serlo no es que sea agradable, imaginense que viven totalmente conforme con su cuerpo y un día, de repente despiertan y ven que algo falta, o algo sobra, ¿Les gustaría? Imaginen después que eso que falta nunca estuvo allí, que la naturaleza les jugó sucio y les dio un cuerpo con el que jamás podrán sentirse conformes, muchos dirán que si naces con un pene eres hombre y si naces con una vagina eres mujer, tal vez para entenderlo hay que vivirlo, he escuchado a muchas personas que juzgan a aquellos "hombres" que nunca han logrado sentirse "hombres" y bueno, cuando se habla de transexualidad muchos piensan en ellos, yo soy un caso distinto, nací siendo mujer, pero nunca me sentí mujer.

Muchos dirán, dentro de su propia inocencia [o ignorancia] que hay tiempo para acostumbrarse a ser hombre o ser mujer, pero no, no se trata de acostumbrarse ni aprender, simplemente se trata de "SER".

En mi caso fue mas o menos así, mis padres, unos excelentes padres debo decir, eran muy estudiados y muy inteligentes, me dejaban ser libre y desde pequeño me dejaban tomar mis propias decisiones, manteniendo siempre un limite, a fin de cuentas seguía siendo "una niña", me vestían como a cualquier otra niña y me trataban como a cualquier niña, era la princesita de mamá, era como su juguete favorito, y tenia un hermano que era como el cachorro de papá, si, lo sé, usar términos como "juguete" y "cachorro" no es que sea lo adecuado, pero así eran, nos consentían demasiado, mi mamá quería tenerme siempre como una muñeca y mi padre era mas o menos igual con mi hermano, lo llevaba a todas partes y quería enseñarle de todo solo para divertirse, muchas veces a su costa, como si fuera una mascota.

De pequeños, algunas veces nos bañábamos todos juntos, supuestamente para que nosotros vallamos entendiendo como iban a evolucionar nuestros cuerpos cuando crecieramos, esa fue una de las primeras señales, yo veía la entrepierna de mi padre y la de mi hermano y me daba cuenta que algo me faltaba, según Freud, las niñas sienten envidia de los niños por tener pene y ellas no, a su vez rechazan a sus madres, pues las culpan de esta falla, por esa razón, mis padres nunca le prestaron atención a este detalle, pero no era solo eso, sí, les tenia envidia por tener pene y yo no, pero no era algo natural en mi desarrollo sexual, a mi de verdad me faltaba algo.

A medida que fui creciendo, me gustaban cada vez menos las cosas de niña, odiaba esos vestidos de princesita con los que mi mamá amaba vestirme, si a veces los usaba era solo por complacerla, pero los odiaba y ella lo sabia, no quería usar tampoco esas falditas con flores y detalles estúpidos, prefería un chort o un pantalón, y esas camisas, camisas de "tiritas", "descotadas" y con florecitas y dibujitos rosas, no, no me gustaban, fue todo un proceso convencer a mi mamá de que no me gustaba vestir así, cuando íbamos a comprar ropa, siempre me preguntaban que me gustaba, y siempre era un duelo, pues todas las opciones que mi mamá me daba eran impensables para mí, yo prefería unos pantalones y franelas mas sencillas, otro gran problema entre nosotras era mi cabello, mientras lo tuve largo me gustaba usarlo suelto, no me gustaba usar moñeras ni peinados bobos.

A los ocho años le dije a mi mamá que quería cortar mi cabello, quería un corte como el de mi hermano mayor, ella no quería, pero después de mucha insistencia de mi parte accedió. El deseo de tener un pene entre mis piernas jamás dejó de estar allí, gracias a que siempre tuve una buena comunicación con mis padres, ellos lo sabían, al principio no lo tomaban en serio, pero a medida que iba creciendo, dejó de ser algo gracioso, la gota que derramó el vaso fue cuando tenia diez años, o no sé, tal vez once, una de mis tías iba a casarse, y claro que mi mamá ya tenia en la mira el vestido perfecto para mi, me llevó a una boutique donde habían vestidos muy lindos, y me lo mostró, un vestido color verde lima con detalles en cristal que caían suavemente haciéndolo parecer una cascada, manga corta combinada con unos hermosos guantes de un color un poco más intenso y un cinturón del mismo color que los guantes, sentí mucha vergüenza, me eché a llorar, no quería decepcionar a mi mamá pero tenia que decírselo, no quería ponerme ese vestido, aun cuando mi tía Michelle, quería que yo fuera la niña que llevara los anillos, mamá me dejó caminar por toda la boutique para escoger lo que quería usar, hasta que lo vi, me pareció adecuado para una boda, un traje blanco hueso con finos detalles en negro y una corbata negro y gris, con zapatos y cinturón también negro, combinados con un sombrero de copa que le daba un toque clásico al traje.

El día de la boda de mi tía Michelle con mi tío Joherlan usé un vestido viejo que ya me quedaba un poco apretado solo para llevar los anillos, y luego me puse mi traje, este junto con mi pelo corto hacia que me viera como cualquier niño, ese día los que no me conocían me trataban como  niño, fui incluso admirado por algunas chicas, mis rasgos andróginos hicieron lo suyo ese día, y ser visto como un varón me hizo feliz, a los que ya me conocían les pareció un chiste, pero mis padres ya nunca más empezaron a verlo de esa manera, después de ese día, empezaron a llevarme con un psicólogo, tras unas cuantas consultas, fue él quien les dijo, que todo esto no era un juego, yo soy transexual, que por más que haya nacido siendo una niña, siempre me iba a sentir como un varón, porque en realidad era un niño.

El proceso de duelo no fue tan duro como lo habría sido para otros padres, a fin de cuentas, las señales estuvieron allí todo el tiempo, pero el hecho de que mis padres aprendieran poco a poco a verme como un niño, no quería decir que seria así en todas partes, en la escuela empecé a sufrir lo que hoy llaman bullyng.

Mis compañeritos decían que yo era una marimacho, y me insultaban, me agredían y me decían cosas horribles, muchos incluso me decían que sus padres les habían dicho que yo estaba endemoniada, y que quien sabe que pecado tan grande habían cometido mis padres para que Dios los castigara conmigo, que yo era algo antinatural y que no debía existir.

Mi hermano y mi primo siempre eran los que mas se metían en problemas por esto, pues se peleaban con cualquiera que intentara abusar de mi.

Cuando parecía que esto no tendría otra solución, mis padres decidieron cambiarme de colegio, allí la mayoría me conocerían como un chico desde el principio, inclusive, mis padres se informaron con varios abogados para saber como proceder en mi proceso de cambio de sexo, legalmente uno de los requisitos era vivir al menos dos años como varón, pero que siendo menor de edad era un proceso mucho mas complicado.

Afortunadamente, tanto mi hermano como yo teníamos nombres un tanto andróginos, algo muy conveniente, sobre todo para mí, mi hermano se llama Samuel, conocido por todos como Sam, y yo me llamaba Nicole, razón por la cual todos me decían Nico, mas adelante al hacer el proceso legal decidí que me llamaría Nicola, mis mejores amigos eran mi hermano y mi primo Giordi, bueno, mas que amigos eran mis defensores, pues por mas que me sintiera hombre, yo era de todo menos agresivo. El problema era cuando salia a relucir el gran detalle de que era "físicamente" una niña, por esa razón no podía usar el baño de los chicos y aunque Nicole supuestamente también era nombre de chico, siempre todos descubrían que yo era trans, lo cual muchas veces tuve que explicar, muchas veces recibí apoyo, pero otras tantas veces sólo recibí rechazos.

Mas adelante, cuando tenía unos doce o trece  años, fue cuando descubrí que me gustaban los hombres, cuando lo conocí a él, su nombre era Tiziano, era el hermano mayor de uno de mis compañeros de clases que se llamaba Adán, desde que lo vi la primera vez me enamoró, tenia el cabello rubio platinado y a la luz del sol parecía blanco, una sonrisa hermosa, un cuerpo espectacularmente bello, debo destacar que la primera vez que lo vi él estaba sin camisa, y lo que mas me gustó fueron sus ojos, uno azul y el otro almendrado, empezar a tratarlo solo hizo que me enamorara más, pues me sentí identificado, era tan sensible y tan inteligente, podía escucharlo hablar por horas y seguiría embobado con él, al poco tiempo de conocernos me dijo que le gustaban los chicos, su madre lo sabia y lo respetaba, yo lo veía a él y mi forma de definirlo era "libertad" todo él era libertad, y un día, cuando me atreví a confesarle que me gustaba, me dio un beso en los labios, solo para decirme que le gustaba alguien más, le gustaba mi primo Giordi, quien nunca lo había volteado a ver y que poco después por la muerte de su madre se fue de la ciudad.

Hoy en día, tengo 18 años, hace poco me gradúe de bachiller, en contra de lo que deseaban mis padres decidí estudiar de noche para trabajar durante el día, de esa manera podría ahorrar para a futuro operarme, legalmente ya soy un chico, me llamo Nicola Gastón, vivo en un pequeño departamento que mis padres me regalaron y en unos días empezaré a trabajar en una ferretería. Pero tengo una nueva obsesión, ser padre, lo cual siendo gay es un poco complicado, pero esa es la única ventaja de haber nacido mujer y ser totalmente fértil, si consiguiera un hombre que me quisiera como hombre y tuviera el mismo deseo que yo de ser padre, podría tener un hijo con él y después hacerme mi cirugía de cambio de sexo, si, se que suena casi a cuento de hadas, la otra opción es la inseminación artificial, mis padres también quieren nietos y mi hermano no es que esté muy dispuesto a dárselos por el momento, y yo solo quiero cumplir ese sueño antes de operarme.

Llamame Nico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora