Llamame Nico.

Espera... ¿Qué?

Nico.

_Espera, ¿Qué?

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Segundos antes...

Después de hablar por largo rato sobre arco iris, Nathan se puso serio y me dijo...

_La verdad Nico es que te invité a comer porque necesitaba hablar contigo.

Yo no supe si asustarme o qué, pero sentí que venia algo grave, le Sonreí y le dije...

_Ok, cuentame.

_Ayer escuché por accidente tu conversación con el tipo ese nuevo en el baño, debí salir de allí antes de escuchar cualquier cosa pero empezaron a hablar y no quise incomodar los, sé que hice mal y por eso quería disculparme, además de que necesitaba hablar de ello, pero es tu secreto y no podía hablarlo con nadie más.

Ok, eso me dejó fuera de lugar, es bueno que se esté disculpando pero normalmente pasan cosas malas cuando la gente se entera, lo bueno es que no le ha dicho a nadie, no quiero que en mi primer trabajo me pase lo mismo que en las escuelas donde estudié, donde tuve que cambiarme cada vez que alguien se enteraba.

_Ehh..., gracias, creo. Solo me gustaría que sigas guardando silencio, no me siento mal por ser quien soy pero no todo el mundo es muy tolerante con esas cosas.

_No, claro, yo guardaré silencio...

Se quedó un rato callado antes de seguir hablando.

_Solo..., te quería preguntar algo, ¿tu..., tu tienes pene?

No supe ni que expresión tuve al escuchar eso...

_Anoche no dejaba de pensar en eso, en como sería, no paraba de imaginarlo, estuve investigando un poco y pensé que si te hacían un implante de pene probablemente elegirías uno muy grande y...

No pude dejar que siguiera hablando, era demasiado para procesar...

_Espera..., ¿Qué?

_Ahora te debo parecer un pervertido, sabía que no debía decir eso, pero no pude parar mi lengua.

Yo no dije nada, todavía no salía del impacto de su declaración o lo que sea.

_Después de oír eso ayer me vi obligado a verte de otra manera y la verdad es que me pareciste interesante Nico, no sé como proceder en estos casos, la verdad es que tengo experiencia nula pero me gustaría intentar algo.

Eso fue interesante, pero no podía seguir escuchando, era demasiado, pero debía responderle.

_Debo asimilar primero todo lo que dijiste, no se, estoy impactado, no me son indiferentes los hombres pero, no sé, hablamos luego.

Y esa fue mi frase celebre, hail Nico.

Me levanté de la silla y me fui, si en algún momento parecía que estaba corriendo fue pura coincidencia, la tarde estuvo muy agitada así que salimos un poco mas tarde que de costumbre, llegué a casa y recibí una llamada de mi madre.